Buen resultado para un semestre difícil
La Bolsa ya tienen el punto de mira puesto en la cota de los 10.000 puntos. Ayer cotizó por encima de los 9.800 por primera vez desde hace más de cuatro años, y basta una buena racha para llegar a la ansiada cota de los cinco dígitos. El máximo, además, ha llegado justo a mitad de año, cuando el mercado sube casi el 8%. Luego de seguir la tendencia, la Bolsa cerrará el año con una ganancia del orden del 15%. Que es precisamente lo que calculaban los analistas podía subir el Ibex en el ejercicio.
Cuentos de la lechera aparte, lo cierto es que el cálculo de que la Bolsa subirá el próximo año entre un 10% y un 15% es una tradición navideña más. Puntuales acuden los analistas cada diciembre a comunicar previsiones y desgranar por qué esperan que el Ibex gane entre el 10% y el 15%. Las condiciones del mercado son cambiantes y variables, pero las expectativas apuntan, por lo general, a esta cifra.
Pero ello no quita valor a la subida de estos seis meses. Ha demostrado que hay dinero en el mercado -algo obvio teniendo en cuenta los tipos de interés-, ha superado un nutrido bloque de amenazas y, lo más importante, ha reflejado buen fondo.
El año comenzó marcado por ciertas dudas. Las subidas de tipos de interés empezarían a notarse y la comparación de las cifras económicas y empresariales sería más exigente que en trimestres precedentes. La Bolsa sufrió por este motivo en los meses de marzo y abril pero, como quiera que las malas predicciones parecían no cumplirse, empezó a subir.
Que el mercado no se haya topado con problemas no significa que éstos hayan desaparecido. Pueden regresar en verano, una época propicia para la inestabilidad bursátil, pero si no se produce una catástrofe, la mayor parte de los gestores apostarían por aprovechar las caídas para entrar en Bolsa. Telefónica, Santander y otras cotizan a un PER razonable, y la rentabilidad por dividendo es alta. Hay nubarrones, sí, pero no muchas alternativas de inversión.