La creación de un solo código de buen gobierno obtiene respaldo
La intención del Ministerio de Economía de encomendar a la CNMV un código que sustituya a las dos guías de buen gobierno actualmente en vigor, el Código Olivencia y el Informe Aldama que, en algunos aspectos, son contradictorias, ha sido acogida con agrado por la mayor parte de los agentes implicados.
La propuesta planteada por el Ejecutivo de unificar en una sola las guías de buen gobierno corporativo concita un buen número de adhesiones. Una de ellas es la del Instituto de Consejeros-Administradores, que representa a título individual a los integrantes de los consejos de administración. Este colectivo asegura 'ver con buenos ojos' que se inicien los primeros pasos para la creación de un único código de buen gobierno para las empresas cotizadas españolas 'basado en las mejores prácticas internacionales y experiencias existentes'.
Los consejeros recuerdan que en julio de 2004 lanzaron una propuesta de código único que, en su opinión, después ha sido refrendado 'en su visión y contenido' por las recomendaciones europeas e internacionales en la materia.
Los accionistas minoritarios también aplauden la creación de un único código con el que disponer de una misma vara de medir para todos, aunque creen que el buen gobierno merecería una reforma más a fondo. Consideran que el Gobierno no está dispuesto a acometer reformas profundas, 'con lo que no se taparán más que agujeros', opina Julián de Fabián, presidente de la asociación de accionistas minoritarios Accter.com. 'Por lo que sabemos van a ser reformas tímidas', explica De Fabián.
Así, nunca llueve a gusto de todos y también hay quienes opinan que hay que ser cautos porque, como opina Virgilio Oñate, vicepresidente del Círculo de Empresarios, 'a veces es mejor dos códigos medianos que uno malísimo'.
Por esa razón, Oñate se mostró ayer cauto respecto a los frutos resultantes de la idea de elaborar un nuevo código de buen gobierno, que recoja lo mejor de Olivencia y Aldama, así como de las recomendaciones de la OCDE y la Comisión Europea, y del que podrían resultar algunas reformas legislativas.
El vicepresidente del Círculo de Empresarios, que opina que habrá que esperar a ver quiénes componen el grupo de trabajo antes de opinar sobre el posible resultado, asegura que, en todo caso, 'me parecen buenas todas las iniciativas que mejoren el buen gobierno'.
Equilibrio entre normas y autorregulación
El futuro código de buen gobierno y las posibles nuevas normas de obligado cumplimiento que acompañen a las simples recomendaciones van a tener que ser, en opinión de muchos expertos en la materia, un auténtico encaje de bolillos. Los intereses empresariales chocan frontalmente en este asunto con los de los accionistas minoritarios, por ejemplo, quienes se quejan de que si el 90% de los consejeros no son realmente independientes, los dominicales están sobrerepresentados con lo que ellos, a pesar de contar con el 35% del capital que está en Bolsa, están desprotegidos.Lo que está fuera de toda duda es que en el equilibrio entre regulación y autorregulación deberá existir al menos una dosis de normas para evitar el ejemplo de lo ocurrido con el Código Olivencia que, según un informe de la CNMV, pocas empresas han aplicado.