El euro sufre la mayor caída del mes tras el fracaso de la cumbre europea
El fiasco de la última cumbre de la Unión Europea, que se saldó sin acuerdo presupuestario para el periodo 2007-2013, tuvo ayer su reflejo en el mercado de divisas. El euro bajó un 1,5%, su mayor caída en lo que va de mes, después de que la semana pasada apuntase una leve recuperación. La moneda única se cambiaba a última hora de ayer en el mercado de Fráncfort a las 15.50 a 1,214 dólares, casi un centavo de dólar menos que el valor registrado el viernes.
En lo que va de año, el euro acumula una depreciación del 10% respecto al dólar. La creciente inseguridad política en la Unión Europea podría enfatizar esta tendencia. Paradójicamente, esa decreciente confianza en la moneda común, traducida en un menor valor, supone un cierto alivio para la economía europea, pues abarata las exportaciones. Eso sí: la factura petrolífera, que se paga en dólares, sale cada vez más cara.
Rumores de bajada de tipos
El euro inició la mañana cayendo frente al dólar, en el primer día de cotización tras el fiasco de la cumbre de Bruselas del viernes. Pero la publicación de un teletipo de la agencia de noticias Reuters, acerca de una posible bajada de los tipos de interés en la zona euro, empujó aún con más fuerza a la divisa común por debajo de la marca de los 1,22 dólares, fijada a finales de la semana pasada. Reuters citaba fuentes cercanas al consejo de gobierno del BCE, que estarían recabando información antes de proceder a una bajada del precio del dinero. Los tipos de interés de los Doce siguen en el 2% desde hace dos años, y el organismo emisor está siendo presionado en las últimas semanas para que los rebaje y contribuya así a reactivar la languideciente economía europea. Si fuera así, la remuneración de la tenencia de euros sería menor que en la actualidad, lo que ha empujado a muchos inversores a cambiar al dólar.
Sea como fuere, de lo que no cabe duda es de la parálisis sufrida en la construcción europea a raíz de la crisis constitucional. El economista jefe del BCE, Otmar Issing, afirmó la semana pasada que la unión monetaria puede seguir adelante con independencia de que haya o no avances en la integración política. En el mismo sentido, el presidente del BCE, Jean Claude Trichet ha señalado varias veces al euro como una garantía de estabilidad en tiempos de zozobra política.