La faceta más oculta del pop español

Plasmar intangibles como la música en un cuadro. Este diálogo está presente hasta el próximo día 27 en la estación de Cercanías de Príncipe Pío en Madrid en 78 cuadros de 34 músicos españoles de las dos últimas décadas.

En Los colores de la música, Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Manolo Tena, Lolita, Pablo Carbonell, María Jiménez o Sabina, entre otros, muestran sus inquietudes esta vez sobre el lienzo, una forma de expresión que la mayoría reconoce como una vertiente privada que cultivan desde niños.

La mezcla de imaginería popular mexicana y del Este europeo de Joaquín Sabina, la delicadeza de Miguel Bosé, el surrealismo de Carlos Berlanga, el expresionismo de Alejandro Sanz, los dibujos de colegiala de Bebe o los objetos encontrados (en este caso hojas) de Manolo Tena son algunos de las pinceladas de la exposición. La privacidad es en la mayoría de los casos la seña de identidad.

'Yo pinto para mí y para mis amigos, en muchos casos pinto y rompo luego la obra', decía Tena durante la presentación de la exposición. Miraba sus dos cuadros, criticaba la luz o la instalación y se volvía para decir. 'Hago cosas distintas a lo que se puede ver en un museo, eso ya está hecho. Incluso puedo mear encima de un lienzo e intentar buscarle una forma', comentaba.

Pero hay veces que las pinturas superan la cuadratura del lienzo. Es el caso de Tony Marmota, guitarrista de La Frontera. Su serie de The Flystones es sólo un pedazo de un gran proyecto que intenta 'volver a unir dibujo y música, como en décadas pasadas'.

Como comenta el crítico musical Jesús Ordovás, la lista de músicos que pintan es muy larga porque existe de hecho una estrecha relación entre estos dos medios.