Botín asegura que no perderá el tiempo en "buscar compras"
El que da primero da dos veces. æpermil;sta es la conclusión que el presidente del Santander, Emilio Botín, transmitió a los accionistas del banco en la junta general celebrada el sábado en el Palacio de Exposiciones de Santander.
Botín aprovechó el mejor escenario posible, la junta general del grupo y la pregunta de uno de los 22 accionistas que tomaron la palabra en esta reunión, para lanzar un claro mensaje al mercado y, sobre todo, a su más directo rival, el BBVA. Esta entidad está ahora inmersa en la compra del banco italiano Banca Nazionale del Lavoro (BNL), operación que de llevarse a buen puerto, será la segunda gran adquisición transfronteriza realizada en la banca europea.
Emilio Botín declaró que ningún miembro del consejo ni de la dirección del banco 'estamos distraídos en este momento en hacer compras. No estamos perdiendo el tiempo' en esta labor. Según el presidente del mayor grupo bancario español, el Santander no necesita realizar nuevas adquisiciones para garantizar a los accionistas un crecimiento importante en el futuro de la rentabilidad del banco, que seguirá aumentando con su capacidad de crecer vía negocio.
En este momento, 'estamos concentrados en el crecimiento orgánico y hacer de Abbey un gran banco. No estamos pensando en otras cosas', declaró tajantemente. Aunque el banquero no lo comentó en la junta de accionistas, lo cierto es que el Santander necesitará de un año a un año y medio para digerir por completo el impacto de la compra del británico Abbey, según han reconocido ejecutivos del banco en varias ocasiones.
Botín, que accedió a la presidencia del Santander en 1986 cuando este banco era el último de los entonces denominados siete grandes, recordó en un auditorio, que salvo excepciones estaba repleto de accionistas incondicionales al grupo, las ventajas de adelantarse a sus competidores.
Mensaje al BBVA
El Santander tiene la ventaja de haber sido el primero en plantear una gran compra transfronteriza europea con la adquisición de Abbey el pasado año, 'y ahora aprovecha muy bien el tiempo', subrayó.
'Ya saben la ventaja de ganar unos meses. Con la Supercuenta ganamos siete meses y fíjense lo que fue en el año 1989', presumió Botín recordando este depósito de alta remuneración que revolucionó el mercado español y permitió al Santander adelantarse en el ranking a sus competidores rápidamente.
Botín fue más lejos al defender y presumir de su estrategia de anticiparse al resto del sector. El Santander 'adquirió Abbey en noviembre y hasta hoy tenemos la ventaja de haber sido los primeros en estas operaciones'.
Otro de los accionistas que intervinieron en la junta le dio la oportunidad a Botín de despejar las dudas existentes en el mercado sobre la actual estrategia del banco en Italia, país en el que el Santander tiene el 8,7% del San Paolo-IMI, la tercera entidad financiera transalpina. Así, Emilio Botín aclaró que el Santander no tiene por qué secundar las actuaciones del BBVA en este mercado.
'El Santander lleva muchos años en el San Paolo-IMI, y la operación del BBVA con la BNL no va a hacer cambiar nada en absoluto' la posición del grupo en Italia, remarcó el banquero, quien añadió que el Santander está en el mejor banco de Italia y las relaciones con su consejo de administración son buenas.
La cita anual de este año del Santander tampoco pudo librarse de la intervención del abogado, condenado por el caso Banesto junto a Mario Conde, Rafael Pérez Escolar, y el grupo que tradicionalmente le acompaña: Antonio Panea, Javier Sotos y Camilo Soler. Sólo faltó el abogado Franco Otegui.
En sus intervenciones, estos accionistas pidieron a Botín, entre otras cosas, que cesara como presidente ante las causas judiciales que tiene pendientes, y entre las que destaca el caso de las cesiones de crédito, una vez resuelta a favor de Botín la causa conocida como de las jubilaciones millonarias de Ángel Corcóstegui y José María Amusátegui. Todos los frentes judiciales abiertos en la actualidad contra Botín han sido impulsados por Pérez Escolar.
Otro accionista, Ramón Imerich, optó por defender al banco y al banquero en todas sus actuaciones, en referencia a las declaraciones del grupo vinculado a Pérez Escolar y a los procesos judiciales abiertos. Y pregunto directamente a Botín si tenía prevista su jubilación.
El banquero, que el sábado renovó su cargo como consejero del Santander por tres años más, fecha en las que contará con 73 años de edad, respondió contundentemente que está 'encantado de trabajar y no tengo, en absoluto, previsto la jubilación mientras tenga el apoyo de los accionistas'.
Los estatutos del Banco Santander, a diferencia de otras empresas cotizadas, no establecen una edad obligatoria para la jubilación de sus consejeros, tras ser retirado el límite de éstos hace ahora tres años.
Nuevo apoyo a la política económica de Zapatero
El banquero volvió el sábado a mandar un mensaje de apoyo a la política económica seguida por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. A juicio esta política 'se ha orientado en una dirección prudente, respetando el equilibrio presupuestario, lo que facilitará el mantenimiento de una evolución económica favorable'. Además, destacó que dentro del contexto europeo España 'sigue siendo una excepción', ya que crece con firmeza, apoyada en la demanda interna. Emilio Botín también aprovechó esta cita anual con los accionistas para emitir su opinión sobre el rumbo negativo que está tomando la Constitución Europea, al declarar que los votos contrarios demuestran una 'falta de confianza de la evolución económica'. Por ello, el banquero pidió, 'sin demora', las reformas económicas necesarias para que la economía europea sea más competitiva.En su intervención, Botín quiso dejar claro que la falta de confianza en la economía no tiene nada que ver con la implantación del euro, que ha sido 'un gran éxito' y que 'deberá jugar un papel fundamental en el futuro. Botín declaró en respuesta a un accionista que el banco venderá su participación en el grupo de telecomunicaciones Auna si le satisface el precio que le ofrezcan los potenciales inversores. 'Si es satisfactorio venderemos y si no lo es mantendremos', señaló.El banquero dejó entrever que el precio es determinante también para la venta del grupo en su totalidad o para una enajenación separada de la operadora.En cuanto a las especulaciones sobre una posible venta del 20% que controla el banco en Unión Fenosa, se limitó a decir que no comenta rumores sobre eventuales movimientos en participadas. Si afirmó que la eléctrica vale mucho más de lo que cotiza en la actualidad en Bolsa.