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Bertrand Barthélemy

'Las inversiones francesas no abandonarán España'

Dirige La Chambre desde hace 14 años, una institución que lleva 110 años de implantación en España. Barthélemy conversa con Cinco Días sobre las oportunidades de negocio a un lado y otro de los Pirineos.

Pregunta. ¿Está segura la presencia inversora de las empresas francesas en España, ahora que se habla de deslocalizaciones?

respuesta. Sí. Las inversiones francesas no abandonarán España. Su presencia se remonta a muchos años atrás. Hay 1.200 filiales francesas censadas en el país, en todos los sectores. Las inversiones acometidas siguen presentes. Son plantas, líneas enteras de producción en áreas diversas. Hay grupos que, incluso, van a elevar las inversiones sobre las ya realizadas, como Citroën.

P. ¿Y el comercio?

R. Francia seguirá siendo el primer socio comercial de España en los próximos años, por delante de Alemania. En 2004 el volumen de intercambios entre ambos países superó los 59.000 millones de euros, cifra que mejorará en 2005. Ahora, incluso, se está reduciendo el excedente francés, fruto del empuje de las exportaciones españolas.

P. ¿Qué pasará con el textil en Europa?

R. Las importaciones de China están afectando mucho. España, Francia y Portugal son países con una industria importante en este sector y van a sufrir más que otros.

Quizá haya que operar una reconversión. Sobre todo, el desarrollo de productos más técnicos, con mayor valor añadido y de uso industrial. De mayor calidad, y más a medida del cliente. Las empresas europeas están obligadas a ser más agresivas y novedosas que ahora para no perder presencia. De todas formas, habrá que ver qué pasa finalmente con los aranceles aplicados por China a sus propias exportaciones. La presión política de la UE y de EE UU también importa.

P. ¿En qué sectores se pueden potenciar las inversiones francesas en España?

R. El agroalimentario, el químico y la automoción están ya bastante representados y por grandes empresas.

Creo que una buena parte de las próximas inversiones en España se articularán a través de pymes que hasta ahora no estaban implantadas en España.

Pero el flujo también está yendo al revés. De hecho, queremos ayudar a las empresas españolas a que vayan al mercado francés. Presenta un importante potencial y es bueno aprovechar su proximidad.

Todavía hay pocas empresas españolas presentes aunque haya operaciones muy importantes que se han concretado en los últimos tiempos como ha ocurrido con el grupo Meliá o el sector turístico.

Las que están en Francia están ligadas mayormente a grandes fabricantes, trabajando para ellos como subcontratas. Incluso, acompañan a estos grupos a países terceros para seguir siendo sus proveedores de servicios. Está línea se puede ampliar en el futuro, además, de buscar la implantación por cuenta propia.

P. ¿Qué le falta a los empresarios españoles para profundizar sus inversiones en Francia?

r. El producto lo tienen. El 'saber hacer' también. El directivo español, hoy en día, cuenta con un nivel de formación que no tiene nada que envidiar a al de un francés. Si una empresa española se lo propone, con un producto competitivo claro, no tendrá problema. Lo principal que le falta es confianza en ellos mismos. El mercado francés es un poco complicado. Como cualquiera, tiene sus reglas. A veces hay diferencias que pueden ser culturales, que es importante tenerlas en cuenta para llevar a cabo acuerdos comerciales.

Instituciones como la Cámara Franco-Española pueden brindar un apoyo importante. La Chambre, además, está en contacto con las 83 Cámaras francesas extendidas por todo el mundo, por lo que una empresa española se puede beneficiar de esta red de cooperación a escala planetaria.

P. ¿Se va a seguir apostando por potenciar el capital español en la Cámara?

Seguro. Estamos ya en un 50% de socios franceses y otro 50% de españoles. Esto es muy positivo. Hace siete años sólo el 35% de los socios eran empresas españolas. Dedicamos mucho empeño a que se conozcan nuestros socios. Organizamos actos de forma regular como la 'copa de la amistad', el segundo martes de cada mes, en donde tienen oportunidad de estrechar relaciones y charlar de negocios de forma distendida.

El empresario superará la crisis política de la UE

Barthélemy recalca que los empresarios franceses son partidarios de que salga adelante la Constitución europea en la UE. No obstante, insiste en separar la política de la vida empresarial. 'A la hora de la verdad, las empresas se mueven con independencia. Un ejemplo: se ha hablado de altibajos en las relaciones franco-españolas en la última década y, sin embargo, esto ha tenido poca incidencia en los intercambios comerciales. Esto se debe a que los empresarios, independientemente del clima político deben gestionar su empresa, se deben a ella. Por tanto, el resultado de un referéndum, por importante que sea como el de la Constitución europea, no influirá en su gestión', comenta, en referencia al reciente 'no' francés al Tratado y la crisis política abierta.'Lo que sí importa al empresariado es la inclusión de generosas deducciones fiscales por I+D, como ocurre ahora en España', añade.

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