Las Sicav se animan en Bolsa
Los corros donde cotizan las Sicav despiertan de su letargo. Los inspectores de Hacienda ya no podrán decir este año que apenas registran cambios. Como medida defensiva antes las inspecciones fiscales, el volumen de operaciones diarias con Sicav se ha duplicado en 2005 en la Bolsa de Madrid y ha crecido un 41% en Barcelona.
Esta operativa no obedece a razones puras de mercado. Los gestores de los vehículos de inversión colectiva de los ricos, las Sicav, han extremado el cuidado sobre la frecuencia de contratación de estos valores. El Reglamento de Bolsas las obliga a las Sicav cotizar al menos el 25% de las sesiones. Si no lo hacen durante dos semestres naturales consecutivos o en tres alternos en un periodo de seis, pueden ser suspendidas la cotización. Un espada de Damocles sobre estas sociedades porque puede conllevaría el fin de su favorable régimen fiscal, el 1% en impuesto de Sociedades.
Además, el incumplimiento de esta frecuencia de cotización ha sido uno de los argumentos que han esgrimido los inspectores en la treintena de actas que han levantado sobre sociedades a las que les reclaman el pago del 34% del impuesto de Sociedades de los año 1998 y 1999, frente al 1% pagado.
De las 1845 sociedades que cotizan en Madrid, unas 400 negocian diariamente este año, frente a las 200 que lo hacían en 2004, según datos de la Bolsa de Madrid. En Barcelona cotizan unas 600 sociedades y el número de operaciones diarias ha pasado de 170 en 2004 a las 240 actuales. El volumen diario de negociación de Sicav se sitúa en 3,3 millones de euros, de acuerdo con el servicio de estudios de Bolsa de Barcelona. En Valencia cotizan 450 Sicav y en Bilbao 238. La frecuencia diaria en la Bolsa valenciana ha pasado de 62 el año pasado a las 75 actuales.
Algunos movimientos tienen su explicación en el intercambio de acciones entre Sicav. Los dueños de las sociedades se blindan de la concentración de sus acciones comprando títulos de Sicav de otra fortunas.
Pero la presencia en el parqué de las Sicav también permite a cualquier persona acceder a ellas. Hay que tener paciencia, ya que si ningún accionista quiere vender la sociedad está obligada a atender la posición compradora por ley 'en el plazo máximo de tres días'.