Lucha contra la pobreza
La decisión del G-8 de perdonar la deuda multilateral de los 18 países más pobres del mundo (unos 40.000 millones de dólares) es un paso en la buena dirección. Pero serán necesarios muchos más si las naciones desarrolladas quieren acercarse al cumplimiento de los Objetivos del Milenio acordados en la ONU en el año 2000. Entre ellos figuraba reducir a la mitad la pobreza y lograr la escolarización primaria universal en el año 2015. Los logros conseguidos hasta ahora en esta batalla son escasos. Pero la decisión del G-8 puede servir de acicate para que se den otros pasos esenciales en esta línea. Uno de ellos sería la condonación de las deudas bilaterales contraídas por los países pobres más endeudados. Otro, sin duda mucho más efectivo, el establecimiento de unas reglas de comercio mundial más justas, en las que los países desarrollados dejen de subvencionar sus productos a costa de extrangular a los exportadores más pobres.