Caruana calcula que la vivienda está sobrevalorada hasta en un 35%
El Banco de España cifra la sobrevaloración de la vivienda entre un 24% y un 35%. La entidad reclama al Gobierno una política fiscal más ambiciosa de contención de la demanda interna.
En el informe anual sobre la economía que presentó este viernes el Banco de España se prevé un fuerte crecimiento del PIB para los próximos meses, muy similar al cosechado al final de año (3,1%), gracias al vigor de la demanda interna. Sin embargo, se alerta de que persisten 'riesgos' a la baja que pueden alterar la senda alcista de la economía española, que perdura desde mediados de los 90. Entre estos riesgos, figura el efecto pernicioso de una sobrevaloración de la vivienda que acabe estallando en los bolsillos de consumidores, propietarios y entidades financieras.
Hace año y medio, el organismo que dirige Jaime Caruana ya estimó que los precios de los inmuebles estaban 'entre un 8% y un 20%' por encima de su nivel de equilibrio. Ahora, el banco ha revisado al alza estos cálculos. Para 2003 prevé que la sobrevaloración haya sido entre el 14% y el 23%. Para 2004, esta cifra la sitúa más lejos, entre el 24% y el 35%.
Aunque el Banco de España advierte de que se trata de estimaciones, no de datos reales, se hace eco de que la situación, lejos de mejorar hacia el equilibrio, ha empeorado sensiblemente, fruto de los incentivos a la compra de vivienda y a la alta demanda existente. El gobernador Caruana admite que, aunque esta sobrevaloración podría reconducirse 'de forma paulatina y ordenada' en los próximos meses, ello no elude la posibilidad de una caída brusca de los precios, ahora poco probable.
Existe también un riesgo asociado al mayor endeudamiento de las familias por créditos hipotecarios, cada vez de mayor volumen. En este sentido, el Banco de España pide a los gestores bancarios que tengan en cuenta el endeudamiento creciente de las familias y la concentración de su negocio en el mercado inmobiliario.
Los mensajes de Caruana se dirigen también a la política económica del vicepresidente Pedro Solbes. 'Resulta altamente recomendable realizar un esfuerzo fiscal superior al programado en los planes presupuestarios en vigor', indicó el viernes en su discurso, ante los consejeros del banco. Este esfuerzo fiscal puede realizarse, bien elevando ingresos, con subida de impuestos, o con un mayor control del gasto y 'contención de la demanda'. El gobernador sugiere que el superávit previsto por Solbes en 2006 (0,2%) debería ser más alto, ahora que se está en época de vacas gordas.
'Disciplina' también para las regiones
El mayor control del gasto que pretende Caruana se extiende también a las comunidades y municipios. 'Tiene gran importancia que la revisión de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y del sistema de financiación autonómica no conduzca a un debilitamiento de la disciplina fiscal', recalca el gobernador.La revisión de la citada ley, que será aprobada en breve por el Consejo de Ministros, incluye la posibilidad de que las administraciones públicas puedan incurrir en un déficit de hasta el 1,5% del PIB en épocas de escaso crecimiento (menos del 2%). Las comunidades son las administraciones que podrán tener más déficit, según esa norma. Por otro lado, todos los gobiernos regionales reclaman al Estado mayores recursos para mejorar el modelo de financiación autonómico.
El Banco de España recalca que la caída de la competitividad acabará costando empleos
'El deterioro de la competitividad española ya ha empezado a materializarse'. Con este duro aviso, incluido en el informe anual del Banco de España, el gobernador Jaime Caruana intenta arengar a Gobierno y empresas para que se cambie de modelo de crecimiento económico si no se quiere que la situación empeore aún más. El banco recalca cómo en 2004 España ha perdido cuota de exportaciones en los mercados mundiales, presa de un modelo en el que ya no sirve competir vía salarios porque hay otras zonas geográficas, como Asia, en donde el coste laboral es aún menor.El organismo recalca cómo en el último año los empresarios españoles se han visto obligados a recortar sus márgenes empresariales para mantener a duras penas su competitividad en el exterior.Caruana resalta que el deterioro de la competitividad, agravado por el aumento del diferencial de inflación con la UE, acabará costando empleos si no se adoptan medidas urgentes. Entre ellas, propone la utilización de procesos intensivos en capital y la generación de productos con valor añadido, lejos del alcance del modo de producción de países menos desarrolladas.El mercado de trabajo también necesita una reforma en la que 'se revisen los incentivos a la contratación permanente' y las cláusulas de salvaguarda de los salarios, en función del IPC.