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Armani da la primera puntada en el negocio hotelero

El empresario se une a una inmobiliaria de Dubai en la moda de crear establecimientos de lujo y alto diseño

A los 71 años, Giorgio Armani sigue hablando de nuevos negocios y 'la extensión natural de su empresa' y 'proyectos que transmiten energía'. Mientras otros se preocupan más por la sucesión de la compañía que indisolublemente va unida a su figura, el incansable diseñador italiano ha cerrado un acuerdo con la inmobiliaria de Dubai Emaar Properties para entrar en el negocio hotelero. Lo hará con una nueva sociedad, Armani Hotels & Resorts.

Ambas compañías firmaron el año pasado una carta de intenciones que han concretado recientemente con un acuerdo formal que contempla la construcción de siete hoteles de lujo y tres complejos de vacaciones en los próximos 10 años.

Emaar invertirá más de 1.000 millones de dólares en esta aventura empresarial con el modisto y creador. La inmobiliaria del emirato se hace responsable de la propiedad, la construcción y la gerencia de los que serán unos muy exclusivos establecimientos, mientras que Armani dará el nombre a los hoteles y queda a cargo del diseño y estilismo de los interiores, los uniformes y los muebles, algo en lo que ya tiene una celebrada experiencia internacional.

Aún hay tiempo para hacer la reserva. El primer hotel se abrirá en 2008 en una de las torres que Emaar está construyendo en Dubai, un emirato de dinámico desarrollo que cada vez se parece más a Singapur o Hong Kong. Está previsto que, además de ser conocida por albergar el primer hotel de Armani, de 175 habitaciones, restaurantes y SPA, esta futurista torre, cuyos planos la hacen digna de los efectos especiales de una película de ciencia ficción, sea el más alto edificio residencial y comercial del mundo. Burj Dubai Tower tendrá, además, 160 apartamentos de lujo diseñados por Armani.

Milán, Londres y Nueva York son las ciudades en las que el italiano llevará también su nombre a los hoteles.

Armani no es el primer diseñador que lleva su imagen de marca a un hotel. A esta moda ya se apuntó Donatella Versace, que a finales de 2000 abrió un hotel con su firma en la Costa de Oro de Australia, y el joyero italiano Bulgari, que tiene puesto su nombre en un hotel de 52 habitaciones en Milán, cerca de la Scala.

Bulgari llegó a un acuerdo en 2001 con Ritz-Carlton, la división de lujo de los hoteles Marriot, para construir seis o siete hoteles y dos complejos de vacaciones. Bulgari tiene el 65% de Bulgari Hotels & Resorts y, además de una parte del capital, ha puesto el estilo (con una decoración que incluye mármoles de Zimbabue y maderas nobles), mientras Marriot pone capital y gestión. El diseñador de zapatos Salvatore Ferragamo también ha diseñado cuatro hoteles en Florencia, aunque su nombre de marca no se utiliza, y Camper tiene un pequeño establecimiento en Barcelona. En EE UU esta ola más propia de Asia y Europa ha entrado por la puerta menos occidental: Hawai. En Waikiki, el complejo Halekulani tiene una inmensa habitación de cuyos detalles se ha ocupado la diseñadora Vera Wang, conocida por sus trajes de novia y de noche. Desde las velas del baño hasta la orientación de los ventanales, todo está supervisado por Wang, que ha elegido piezas de arte y mobiliario de todo el mundo para la decoración, entre ellas un escritorio chino del siglo XIX. Por cierto, el lujo cuesta dinero. Son 4.000 dólares la noche.

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