Los subinspectores se quejan del trabajo extra por la regularización

Subinspectores de trabajo de toda España protagonizaron ayer encierros en las sedes provinciales para protestar contra las nuevas tareas derivadas del proceso extraordinario de regularización de extranjeros. El objetivo marcado por el Ministerio de Trabajo se traduce en 200.000 inspecciones hasta fin de año, a cargo de un colectivo que suma 817 funcionarios.

A partir de este mes se va a realizar un plan de actuaciones de la Inspección para detectar a trabajadores extranjeros irregulares. Trabajo ha previsto hasta fin de año más de 200.000 visitas a empresas y 500.000 actuaciones, que afectarían a otros tantos trabajadores en situación irregular.

Los encerrados afirman que faltan medios para desarrollar este plan, ya que el grueso del mismo recaerá sobre los subinspectores, ya que los inspectores se dedican preferentemente a la prevención de riesgos laborales, ámbito sobre el que carece de competencias el cuerpo de subinspectores.

Si se siguen a rajatabla las instrucciones del Ministerio, quedaría abandonada la vigilancia y control sobre la contratación laboral o las cotizaciones a la Seguridad Social, según afirman.

Los funcionarios, que repetirán su protesta mañana miércoles, exigen la retirada de la última instrucción de productividad aprobada por la Dirección General de la Inspección de Trabajo, que ha establecido que los subinspectores realicen un mínimo de 80 visitas trimestrales a empresas para poder acceder al tramo básico del complemento de productividad, mientras que los Inspectores tan solo deberán hacer 47 para percibir dicho complemento.