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Crisis en la Unión Europea

Bruselas reclama a España 163 millones más por su mayor crecimiento económico

La revisión al alza del PIB español, recientemente efectuada por el Instituto Nacional de Estadística (afloró 39.000 millones de euros), está comenzando a pasar factura a las relaciones financieras con la UE.

Ayer, la Comisión Europea hizo públicos sus ajustes presupuestarios de este año, en los que reclama a España 163 millones más de lo inicialmente previsto para 2005 por su mayor crecimiento económico, que se vislumbra en una mayor generación de IVA y de renta nacional bruta (RNB), criterios utilizados por Bruselas para la aportación de los Estados miembros a las arcas comunitarias.

En realidad, lo que ha hecho Bruselas es incluir en el presupuesto comunitario de 2005 el superávit fiscal de 2.737 millones de euros obtenido por la UE en 2004, que se plasma en mayores devoluciones a todos los países. A España le correspondería una devolución de 216 millones de euros sobre las cifras iniciales, pero se quedará sólo en 53 millones (163 menos), dado que la riqueza generada por la economía española es ahora mayor de la prevista inicialmente.

Los Estados más beneficiados por el nuevo cálculo de la Comisión para 2005 son Reino Unido (se le devoverán 909 millones) y Alemania (320 millones). En el primer caso, juega a favor de Londres el tipo de cambio libra/euro. En el segundo caso, juega a favor de Berlín su menor crecimiento económico, que le permite aportar algo menos.

Esta correcciones de cifras de 2005 se unirán a las que haga la Comisión para años anteriores, ya que España también ha revisado al alza el PIB desde 2001. La cifra global podría alcanzar los 900 millones.

Al efecto provocado por la mayor riqueza de España en términos relativos se suma la evolución descendente de las ayudas comunitarias desde hace tres años. En 2004, España recibió de la UE en términos netos 7.810 millones de euros, 863 millones menos que en 2003 (8.673 millones), según los datos publicados también ayer por la Intervención del Estado.

Ello significa que en un sólo año el saldo ha empeorado un 9,9% para España. Esta evolución tan negativa es la que quiere suavizar el Gobierno en la negociación de las perspectivas financieras de la UE (2007-2013). La pérdida de los fondos estructurales y de cohesión para España, sin mecanismos de transición, haría que España pasara de receptor a contribuidor neto, de la noche a la mañana.

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