Interoperabilidad, ésa es la clave
Hay un consenso general entre los Gobiernos y Administraciones públicas de todo el mundo respecto a que el concepto de informática 'abierta' es importante y positivo a la vez.
Las Administraciones públicas necesitan una gran flexibilidad a la hora de configurar sus sistemas de información, que tienen que estar totalmente comunicados entre sí y ser capaces de ser reconfigurados fácilmente. Además de esa flexibilidad, también deben contar con la posibilidad de trasladar eficazmente la información de que disponen. Es aquí donde cobra sentido el concepto de 'abierto'.
El concepto 'abierto' implica que las Administraciones públicas posibiliten el acceso a los ciudadanos a las aplicaciones de e-Gobierno -basadas en Internet- con la posibilidad de elegir entre una variedad amplia de plataformas y tecnologías, sin imponer una de ellas al público en general.
La Administración pública debe fomentar la aplicación del mejor producto, sin importar cuál ha sido el método utilizado para desarrollarlo
El concepto 'abierto' posibilita, asimismo, que los Gobiernos cuenten con sistemas flexibles, sin imponer ninguna decisión tecnológica determinada a la ciudadanía, mejorando en muchos casos la relación coste-eficacia, asegurando el acceso a la información futura, posibilitando un adecuado grado de competitividad, y evitando la dependencia de las Administraciones públicas de cualquier compañía tecnológica en particular.
Son numerosos los Gobiernos que siguen directrices de informática abierta. Compran bienes y servicios de tecnologías de la información y comunicaciones de una variedad de proveedores y esperan que esas tecnologías trabajen de un modo conjunto. De esa manera, esperan tener la flexibilidad suficiente para desplegar su hardware y software en una determinada dirección, para poder solucionar problemas específicos en su organización, sin estar sujetos a un determinado vendedor y a sus prioridades. La informática abierta les proporciona una manera 'interoperable' de trabajar con sistemas específicos y distantes, pero que pueden funcionar unidos.
Esa interoperabilidad -la capacidad que tienen dos o más sistemas para poder intercambiar, compartir y hacer uso de la información de que disponen- es también una fuerza económica poderosa, ya que posibilita el desarrollo económico a través de la unión de servicios. El comercio, la competitividad, el crecimiento del PIB y del empleo y las mayores facilidades para el comercio, son beneficios que facilita la interoperabilidad de los sistemas de información.
En muchos casos, las especificaciones de interoperabilidad necesarias dan lugar a la utilización de software libre (como Linux), mientras que en otros, pueden utilizarse algunos productos comerciales del mercado, siempre y cuando estos se basen en estándares abiertos.
Siendo esto así, es evidente que el software libre tiene que jugar un papel importante en los sistemas de información de Gobiernos y Administraciones públicas. Lo cual no significa, ni mucho menos, que haya que eliminar lo construido hasta ahora sobre software propietario o comercial. El software libre representa un proceso que puede proporcionar un valor considerable a los productos comerciales, con los cuales, debe coexistir y complementarse mutuamente. Muchos productos comerciales, en una cantidad creciente, utilizan tecnología basada en software libre, en lo que es considerado como un modelo híbrido.
Aplicado al ámbito de las Administraciones públicas, esto significa que los Gobiernos deberían fomentar la adopción del mejor producto, al mejor valor, que maximice la interoperabilidad, flexibilidad y los demás objetivos de la informática abierta, sin importar cuál ha sido el método utilizado para desarrollarlo.
El software libre puede ser muy útil y puede ser una forma de desarrollar tecnología de un modo más barato y eficaz. Puede encontrarse en un gran número de productos en el mercado y, por tanto, debería haber políticas que asegurasen que las soluciones basadas en el software libre sean consideradas en igualdad de condiciones con las comerciales, para que no se ignoren aquellas alternativas que mejor consigan los objetivos de la informática abierta.
La informática abierta, el software libre -y el software comercial basado en estándares abiertos- están teniendo éxito en las Administraciones públicas porque posibilitan el avance tecnológico y porque las empresas y los Gobiernos creen que aportan valor añadido.
El papel que la informática abierta y los estándares abiertos han jugado en la evolución de las tecnologías de Internet ha sido claramente demostrado, y el papel que jugarán como parte de los futuros proyectos de software libre y comercial que contenga esos estándares, será básico para el progreso hacia una mejor capacidad del e-business y e-Gobierno.