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Bolsas inmunes a la política

Las Bolsas se han acostumbrado a vivir en la incertidumbre y se han vuelto casi insensibles a todo aquello que no tiene efectos económicos globales. Mientras los políticos buscan como restañar la herida abierta en pleno corazón de Europa con el 'no' de Francia y Holanda a la Constitución, los mercados europeos miran al otro lado del Atlántico, pendientes de la Reserva Federal, y expresan con las subidas de los índices que el tropiezo en el complicado camino hacia la unión política europea no va con ellos. Al menos a corto plazo.

'Los mercados se fijan en los beneficios empresariales y eso no cambia porque haya o no haya Constitución Europea', señala Juan José Dolado, catedrático de Economía de la Universidad Carlos III. 'Las bolsas son cada vez más eficientes y cuando una noticia es anticipada por la gran mayoría del mercado no se producen cambios sustantivos, ni al alza ni a la baja. La victoria del 'no' estaba descontada. No ha habido el efecto sorpresa que determinó reacciones como las vividas en 1992 tras el no danés al Tratado de Maastricht o con los atentados del 11 de septiembre en Nueva York', precisa el catedrático.

'Para que los mercados financieros reaccionen tiene que ocurrir algo muy inesperado'. Además, 'hay que tener en cuenta el contexto económico y financiero en el que se produce. Aunque las economías europeas están mostrando debilidad en el crecimiento, no hay desajustes financieros como había en 1992, cuando se desencadenó una crisis cambiaria y bursátil', explica Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Granada. 'Los mercados miran ahora hacia la economía norteamericana, ven que hay liquidez. Desde esa óptica las cosas siguen bien', añade.

Los mercados son hoy más eficientes que en 1992, cuando el 'no' danés a Maastricht causó pánico. Ahora se anticipa a las noticias

Claro que la escasa sensibilidad de los mercados bursátiles a acontecimientos políticos puntuales no es garantía de estabilidad a largo plazo. 'Se abren muchos interrogantes y puede que no se estén valorando suficientemente las consecuencias de todo esto a largo plazo', advierte José Luis Martínez Campuzano, analista de Citigroup, que apunta que 'la continuidad de algunas de las reformas necesarias en Europa podría estar en peligro'. Una opinión compartida por otros bancos de inversión, como Merrill Lynch, que en un informe previo al referéndum francés anticipa que un resultado negativo podría llevar a un cambio del clima político en Europa 'que haga emerger riesgos financieros y económicos'. 'Sin el marco de la Constitución Europea -señala- se polarizan las distintas agendas y visiones sobre cómo debe ser la construcción europea y eso hará más difícil poner en marcha las reformas necesarias'.

El banco de inversión advierte, además, de la posibilidad de que el mercado empiece a replantearse los actuales diferenciales entre los bonos soberanos y discrimine entre los emitidos por los distintos Estados miembros pese a estar todos denominados en euros, según los riesgos de crédito asociados a los niveles de deuda y déficit que presenta cada país. Incluso circulan informes que hablan ya de la desintegración del euro y de que la unión económica y monetaria no es un proceso irreversible. Una hipótesis que para muchos carece de fundamento, pero que contribuye a caldear el europesimismo.

Es pronto, por tanto, para calibrar el verdadero impacto del varapalo a la Constitución Europea sobre los mercados financieros, más allá del sufrimiento del euro, por ahora el único damnificado. Los expertos aseguran que los gráficos bursátiles actuales recogen sólo el efecto a corto plazo y éste tiene que ver, sobre todo, con la debilidad de la divisa y la consiguiente mejora de expectativas de las empresas exportadoras.

El efecto distorsionador a largo plazo es todavía una incógnita y dependerá, en buena medida, de cómo se salve la situación y de cómo repercuta en la economía, incapaz por ahora de remontar el vuelo. Algunos analistas creen que aunque lo ocurrido puede ser otro lastre para el crecimiento de la UE y el euro podría depreciarse aún más, el doble déficit de la economía norteamericana impedirá que el dólar vaya muy lejos.

En todo caso, y por más que los políticos se empeñen en mantener vivo el proyecto de unión política, Europa queda tocada. Para el director del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo, lo que la situación manifiesta es que 'los mercados ya tienen asumido que Europa tiene cada vez menos potencial de crecimiento y va perdiendo el tren de la influencia en la economía mundial. Como ocurrió con Japón, cada vez cuenta menos, por lo que sus problemas se interpretan como un fenómeno local, no global, como el precio del petróleo o un conflicto en el comercio internacional. Por tanto, por ahora no es motivo grave de preocupación para los mercados financieros'. La incertidumbre, no obstante, es mal escenario.

Los tropiezos en el camino de Europa

La inestabilidad geopolítica, sobre todo si afecta a países productores de petróleo, los atentados terroristas, como el ocurrido el 11 de septiembre de 2001, o el comienzo de una guerra, como la de Irak, han tenido históricamente sobre los mercados financieros un impacto mucho más significativo, con una caída en picado de las cotizaciones, que los tropiezos políticos en Europa, según Isabel Giménez, directora de la Fundación de Estudios Bursátiles. Las bolsas no siempre han sido inmunes a la construcción europea, pero su reacciones han procedido más de noticias de alcance económico global, como el lanzamiento del euro, que de acontecimientos políticos, tratados y votaciones. 1992 y 1993 fueron la pesadilla.

 

¦bull;1992. Con una Europa inmersa en una crisis económica y de empleo, Dinamarca dice no al Tratado de Maastricht y Francia lo ratifica por un margen estrechísimo. Eso desencadena una crisis monetaria que azota al SME, que vive tres reajustes en menos de tres meses, con el abandono de la libra esterlina y la lira del sistema, y una fuerte depreciación de la peseta y del escudo portugués.

 

¦bull;1993. En este año siguen las dudas sobre el euro y se producen otros dos reajustes del SME.

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