Los valores bancarios se suben a la ola de fusiones y compras
Economía y política no consiguen igualar el paso en Europa. Mientras muchos expertos interpretan el 'no' francés a la Constitución Europea como una petición de los ciudadanos a los políticos de que no vayan tan lejos en la globalización y en la apertura de fronteras, las empresas siguen tomando posiciones para beneficiarse del mercado único, con la seguridad de que el proceso no tiene marcha atrás. Y lo curioso es que quien más cambios anuncia ahora en la fotografía del mapa empresarial europeo es precisamente el sector financiero, el que más tardaba en incorporarse a la ola de fusiones transfronterizas por culpa de obstáculos políticos y barreras nacionalistas.
Así, y salvo imprevistos que puedan complicar las intenciones del BBVA en Italia, como el contrapacto de la aseguradora Unipol y las razones de 'italianidad' que alegan algunos accionistas del sexto banco italiano para no suscribir la OPA del español, el hecho de que este banco esté casi a punto de salvar los últimos escollos para el triunfo definitivo de su operación sobre Banca Nazionale del Lavoro (BNL) no es sólo un éxito de la estrategia empresarial de la entidad. Tiene también una clara lectura política, según los analistas. Y significa, nada menos, que Europa empieza a dar por enterrado su desfasado proteccionismo en el sector financiero y da inicio, por fin, al esperado baile de fusiones.
'Es lógico que se produzcan movimientos de consolidación y que los bancos busquen sinergias para defenderse ante la caída de los márgenes con operaciones de fusiones y adquisiciones, tal y como se han producido antes en otros sectores empresariales', explica Alfonso García, experto en banca de Analistas Financieros Internacionales.
Los expertos creen que el Santander abrió la veda con la compra del Abbey y que tiene mucho sentido que hayan sido precisamente los bancos españoles, más competitivos y eficientes que otras entidades europeas, los que hayan puesto al mercado en movimiento. 'Una operación desencadena otra, son movimientos defensivos. Los bancos piensan que si uno se mueve y yo no me muevo entonces pierdo, por lo que están siempre muy atentos a lo que hagan sus competidores', señala el analista.
Los pasos dados por los dos bancos españoles han impulsado, por tanto, movimientos en otras direcciones y parece normal que Alemania, el país con mayor peso económico en Europa, pero con un sistema bancario muy ineficiente y fragmentado, haya acaparado las miradas de los mercados.
Sorprende, no obstante, que en contra de lo previsto por el mercado y auspiciado por el Bundesbank, que apostaba por fusiones internas a modo de blindaje contra intentonas de bancos norteamericanos, sea un banco italiano el que ponga sus ojos en Alemania, en concreto sobre Hypovereinsbank, una entidad en pérdidas cuyo atractivo para el italiano no es otro que las posibilidades que le abre hacia el mercado de Europa central, gracias a la filial Bank of Austria. La prensa italiana informaba el jueves de que el acuerdo podría cerrarse la próxima semana, tras haberse fijado un precio de 18.000 millones de euros, superior al que el Santander pagó por Abbey.
Aunque más voluminosa, no es la única operación en marcha. La Bolsa italiana acaba también de autorizar a Banca Popolare di Lodi (BPL) la contraoferta presentada para competir con la opa que habían presentado el holandés ABN Amro con anterioridad.
Las piezas del puzzle se mueven. Las combinaciones entre compradores y comprados son múltiples y la rumorología constituye una referencia ineludible en la valoración de muchos títulos bancarios europeos, algunos de ellos protagonistas de rallies especulativos difícilmente justificables por causas que no sean las de estar en las quinielas de posibles compras.
Precios menos atractivos para las adquisiciones
La banca europea ya no está tan barata como hace dos o tres años, pero la experiencia muestra que el precio no es obstáculo a las operaciones corporativas, según los expertos. Hasta hace poco, la baja capitalización era un atractivo más para las adquisiciones. Pero las operaciones se postergaron por falta de confianza, a pesar de que las fusiones bancarias en Estados Unidos caldeaban el ambiente y amenazaban con convertir a los europeos en presa fácil para la banca norteamericana. Hoy, los valores bancarios empiezan a estar caros y se siguen revalorizando al calor de posibles movimientos corporativos. BNL, por ejemplo, sube un 25,48% en el año e Hypovereinsbank, un 19%. Los expertos, no obstante, recomiendan distinguir muy bien lo que se compra y al incluir un banco en cartera analizar si el recorrido responde sólo a especulaciones o es un valor sostenible y con buenas rentabilidades. 'Los españoles probablemente cotizan caros, pero son valores seguros y sostenibles', señala Alfonso García.