La banca propone un nuevo sistema de cobro por las transferencias
Bancos y cajas negocian modificar el actual sistema de transferencias. Su intención es adaptar el modelo europeo, donde cada entidad decide si cobra comisión al cliente que da la orden de traspaso, como ocurre ahora en España, pero también al que recibe el dinero. Actualmente, el coste de la operación se compensa además con una tasa que la banca se paga entre sí.
La iniciativa, que actualmente se debate en el seno de la recién creada Sociedad Española de Sistema de Pagos, supondría la eliminación de las tasas que se cobran los bancos españoles entre sí por intermediar este tipo de operaciones, las denominadas tarifas interbancarias.
Según el sistema vigente en España, cuando un cliente da la orden a su entidad para que ésta realice una transferencia desde su cuenta corriente a otro banco o caja, la entidad de origen abona una cantidad establecida a la entidad destinataria de los fondos. Al mismo tiempo, el banco repercute parte de los costes de la operación al usuario que lleva a cabo el trasvase de fondos, con el cargo de la comisión que en cada caso se tenga fijada.
Europa, la referencia
El Banco de España ve con buenos ojos esta iniciativa, según algunas fuentes financieras
Algunas entidades, sin embargo, han propuesto la idea de abandonar esta práctica y adaptar el mecanismo utilizado en la mayoría de los países europeos, el compartido (denominado share). Consiste en que cada entidad, tanto la emisora de la transferencia como la receptora, tiene libertad para decidir si cobra comisiones a sus respectivos clientes.
Esto supondría que, además de aplicar una comisión a la persona que hace una transferencia, también podría cobrarla al que la recibe. En otros países, impera un tercer modelo, en el que es el beneficiario del ingreso en su cuenta de fondos el que corre con todos los gastos de la operación.
Aunque las negociaciones todavía se encuentran en fase preliminar, fuentes del sector financiero aseguran que el Banco de España vería con buenos ojos estos cambios, ya que suponen un paso adelante hacia la convergencia con el mercado europeo. Los bancos apoyan sin reservas el proyecto, mientras que algunas cajas son algo más reticentes, según fuentes consultadas.
De momento, la banca quiere ir despacio y estudiar con detalle todos los pros y contras de su implantación, ya que supondría un brusco cambio de cultura y podría encontrarse con un fuerte rechazo entre los clientes, muy sensibilizados al aumento de las comisiones que se está produciendo en los últimos tiempos dentro del sector bancario español.
Sin ir más lejos, por ejemplo, el Banco Popular tuvo que dar marcha atrás hace unos meses y retrasar sus planes de cobrar una comisión de 0,3 euros por la retirada de dinero de sus cajeros automáticos fuera del horario de apertura de oficinas de la entidad.
Aunque la escasa popularidad de la medida obligó al Popular a replantearse esta idea, el banco ha insistido en que tarde o temprano será inevitable que las entidades empiecen a trasladar el coste de determinados servicios, hasta ahora gratuitos, a sus clientes.
El propio presidente del Popular, Ángel Ron, ha vaticinado que dentro de tres años, por ejemplo, se cobrará siempre por usar los cajeros automáticos.
El debate también ha salpicado a las domiciliaciones de recibos, una prestación que algunas entidades, como Unicaja, ya no realizan con carácter gratuito.
La banca esgrime como argumento que sus servicios cada vez tienen mayor valor añadido, lo que se traduce en un incremento de los costes y, en consecuencia, también de las comisiones.
Además, explican que no todos los clientes están sujetos al mismo volumen de comisiones, sino que éstas se negocian en función del número de productos que tienen contratados con la entidad o de la rentabilidad que aportan a la cuenta de resultados.
En esta dirección, una de las fórmulas que el sector ha puesto en marcha es el lanzamiento de las tarifas planas, como es el caso de Banesto o de La Caixa, y las Cuentas Claras del BBVA. Consisten en establecer un precio fijo mensual por la utilización de diferentes paquetes de productos o servicios.
Un impulso para ING Direct
Uno de los ganadores con estos cambios sería ING Direct, filial del grupo holandés ING. La entidad online, que desembarcó en España en mayo de 1999, libró una dura batalla con la banca hace un año y medio por el sistema que utiliza en las transferencias, cuyo mecanismo es similar al de las domiciliaciones de recibos. Las entidades le acusaron de fraccionar las órdenes de sus clientes si éstas superaban los 6.000 euros para evitar pagar comisiones al sistema por su operativa.Tras seis meses de fuertes disputas, el Banco de España intercedió en el conflicto: rebajó el tope a 3.000 euros y estableció un límite de un mes entre operaciones.Ahora, las aguas han vuelto a su cauce y la banca reconoce que ING Direct respeta la normativa, al abonar la tarifa que corresponde al sistema cuando una transferencia supera el límite de los 3.000 euros. Sin embargo, la política de ING Direct es no repercutir este coste a sus clientes, una estrategia que emplea como gancho para seguir arañando cuota de mercado en depósitos a bancos y cajas.Con el nuevo sistema de transferencias que plantea la banca español, ING quedaría, por tanto, eximido del pago de la tarifa interbancaria.A finales de marzo, ING gestionaba un total de 12.800 millones de euros, cantidad que incluye la Cuenta Naranja, la Hipoteca Naranja y otros productos de inversión. Su producto estrella siguen siendo los depósitos, cuyo volumen alcanzó en 2004 los 10.254 millones de euros, un 70,8% del total de la banca online, tras haber crecido en el año el 30,08%. La entidad cuenta ya con más de un millón de clientes en España.