China se entrega al negocio turístico
China es hoy un país abierto a casi todos los negocios procedentes del mundo capitalista, siempre que éstos no supongan un riesgo para su estabilidad política. El turismo, como no podía ser de otra forma, también será uno de sus platos fuertes de su economía, junto a la industria ligera y manufacturera, a tenor de las cifras ofrecidas por la administración. Si en los últimos seis lustros el sector turístico era apenas apreciable (en 1978 percibía 263 millones de dólares), el pasado año los ingresos por este concepto sumaron 25.739 millones de dólares, 98 veces más que entonces.
Este desorbitado desarrollo se debe al alza de llegadas de visitantes, del 26,6%, que suman 41,7 millones de extranjeros. La previsión para un futuro inmediato es que esta cifra aumente un 39%, según uno de los responsables de la Oficina de Turismo en Pekín, Ma Suhqun. Además, su apertura hacia el mundo occidental, la celebración de los Juegos Olímpicos previstos para 2008 y los acuerdos bilaterales cerrados con los países europeos a fin de permitir el tráfico de compañías aéreas privadas, han elevado aún más las expectativas de este segmento turístico.
China ocupa ya el cuarto puesto en llegada de turistas del mundo frente al puesto 41 que tenía hace 30 años, mientras que la Organización Mundial del Turismo (OMT) aventura que será el primer país receptor de turismo en el año 2020.
Turismo español
Desde España llegan a China 62.115 personas frente a las 29.000 de 2003. Se prevé que esta cifra se multiplique a medio plazo con la aparición de los vuelos directos (hasta ahora se hacían con escala técnica ). 'La entrada en este mercado de la compañía española Air Europa del grupo Globalia, propiedad de la familia Hidalgo, impulsará todavía más el tráfico entre ambos países', apunta Suhqun.
Globalia ha abierto camino en este mercado con dos rutas directas desde Madrid hacia Pekín y Shanghai. Air Europa pretende, además, abrir nuevos vuelos en aquel país, como Hong Kong y Seúl, en función de la flota con la que cuente. También sumará otros cuatro vuelos semanales de refuerzo (charter) entre China y España 'posiblemente en octubre'.
Para llevar españoles a China, Air Europa trabajará con su propio touroperador Travelplán y con Politurs, Kuoni, Catai, Turmundial, Meliá Tour y Eurospan.
En China, el grupo español está finalizando acuerdos de colaboración con los touroperadores de allí, un proceso que es largo ya que, hasta hace bien poco, los chinos no podían viajar al no tener el estatus de destino autorizado y estas compañías actuaban como receptivos de extranjeros y no de touroperadores.
También la naturaleza del turismo hacia China está cambiando estrepitosamente. Hasta hoy, la mayor parte de sus destinos como Shanghai u otros lugares donde se desarrolla la industria secundaria y de electrónica, recibían visitantes que venían por motivos de trabajo, o para comprar artículos infinitamente más baratos que en su país de origen.
'Esta clase de viajero deja casi el 20% del total de los ingresos', dicen en la oficina de turismo de Hangzhou. Se pretende, sin embargo, que esta situación de un giro y que 'la oferta se diversifique a otros servicios más turísticos que hasta ahora', señalan.
'El Gobierno impulsa otro tipo de negocio más orientado al extranjero que busca conocer la cultura de sus ciudades y pueblos', dice Liu Jiamin, directora de la Oficina de Turismo de China en España.
También se están preparando diferentes productos para desarrollar otro tipo de viajes como el de salud, familiar o diferentes recorridos para acercarse a la historia maoísta. 'Se pretende impulsar económicamente los lugares más pobres del país a través del turismo', dicen en el organismo.
Las hoteleras españolas, tímidas
En China, existen 283.000 alojamientos, de los cuales 235 son de cinco estrellas, 963 de cuatro y 3.867, de tres. El resto son establecimientos de menor categoría. Todos los grandes grupos hoteleros del mundo están presentes allí (Sheraton, Hilton, Marriott o Hyatt). Incluso Accor anunció ayer que duplicará su presencia antes de 2007. Sin embargo, las españolas apenas tienen alojamientos. Barceló gestionó uno hace algún tiempo en el centro financiero de Shanghai (Pudong) del que más tarde decidió salir. Hoy, las autoridades de aquella ciudad prevén 20 aperturas de hoteles de categoría alta, con motivo de la celebración de la Expo 2010. Entre los proyectos, se encuentra el de un español, un hotel urbano de Sol Meliá.
Cautivar a un mercado incipiente
En 2004, el turismo chino superó por primera vez los 1.000 millones de personas, mientras que de ellos sólo 28.859 salieron al exterior. Hoy, las aerolíneas que operan allí, como Air Europa, y las autoridades de países europeos persiguen captar este importante mercado. A España llegaron 25.000 de estos turistas chinos , y se prevé que esta cifra se multiplique por diez en cuatro años, según el Gobierno. Sin embargo, en China se piensa que 'España no está preparada para acoger a sus turistas porque hay pocos guías que hablen su idioma'. Por su parte, la aportación internacional al negocio turístico chino representa un 50% de las inversiones totales, es decir, 50.000 millones de dólares. Estas inversiones servirán de trampolín para que las autoridades locales desarrollen promociones conjuntas y abarquen nuevas inversiones en infraestructuras. Por ejemplo, en la zona de Hangzhou y Suzhou (sur de Shanghai) el Gobierno destinará a este tipo de construcción 10.000 millones.