La junta de Gamesa ratifica el control del consejo por IBV con los Serratosa en contra
Normalidad absoluta y tema opinable'. Así definió ayer el presidente de Gamesa y máximo responsable de Corporación IBV el voto en contra de Nefinsa, la sociedad patrimonial de los Serratosa, en el punto cuarto del orden del día de la junta general de accionistas de Gamesa, en el que se ratificaba a tres consejeros procedentes de la sociedad controlada por el BBVA e Iberdrola y que permite mantener el control de su máximo órgano de gobierno.
Las actitudes palaciegas mostradas ayer por Nefinsa y Corporación IBV no han conseguido cerrar las discusiones sobre el número de consejeros que le corresponde a cada uno según su porcentaje accionarial. IBV cuenta con cuatro consejeros y un 25,78% del capital. Los Serratosa, con un 21,28%, tienen dos.
La junta de accionistas, celebrada en Vitoria, evidenció las discrepancias. De acuerdo en casi todo (cuentas, balance, proyecto a futuro, gestión, etc.) y desencuentro respecto de la composición del consejo. La propuesta propiciada por IBV cosechó un 62,4 % de los apoyos frente e a casi el 100% del resto de los puntos del orden del día. En el lado contrario se situó Nefinsa.
El presidente de Gamesa, Alfonso Basagoiti, en una reunión posterior con los medios de comunicación, quiso quitar hierro al asunto. 'He traído a la junta la representación de Nefinsa con su voto en contra en este tema y creo que eso supone un síntoma de normalidad absoluta', dijo Basagoiti. Lo que no comunicó es que Emilio Serratosa, presidente de Nefinsa y consejero de Gamesa, no acudió a la junta 'por razones personales' y a la que sí asistió su hijo Pablo, también consejero.
Las espadas siguen en alto. Nefinsa tiene previsto reivindicar, cada vez que se presente la ocasión, un consejo con menos miembros de IBV y más independientes. 'No queremos más, sólo que se aplique la proporcionalidad', aseguran.
Gamesa, por otra parte, tiene previsto intensificar la búsqueda de socios que consoliden sus intereses en el sector aeronáutico, que no pasa por su mejores momentos. Sus gestores vaticinan para el resto de los negocios un brillante futuro.