Energía y estrategia, la vía para el éxito
Sabe lo que es nadar a contracorriente y desgarrarse la camisa por conseguir su sueño. Nada se le ha resistido. Gonzalo García-Pelayo ha conseguido grandes hitos en su vida. En los años noventa ideó una fórmula de probabilidades con la que consiguió ganar a los casinos de todo el mundo y que narró en el libro La fabulosa historia de los Pelayos. Ha sido manager, productor musical y director de cine. Ahora ha plasmado en el libro una serie de recetas que le han servido para plantarle cara a la vida.
En ¡Buenos días, energía! (editorial Grijalbo) intenta demostrar que poner en marcha cualquier sueño es posible, sólo hay que tener ganas. Y combinar una fórmula que desarrolla a lo largo de 140 páginas, en la que recomienda mezclar la energía y la estrategia. Vitalista por excelencia, el patriarca de los Pelayos describe con una mezcla de ironía y juicio crítico un entorno en el que todos estamos inmersos y que hace que el personal se sienta adocenado y aborregado. Es lo que impide, según el autor, soñar y empuja al miedo y al fracaso, estados mucho más fáciles de controlar.
El libro, bien escrito y estructurado, se plantea como un manual de autoayuda. Fácil de leer y de entender. Define el concepto de energía como una mezcla de vigor, eficacia, poder, virtud para obrar, fuerza de voluntad y entereza de carácter. La energía genera energía. Por ese motivo, explica, somos capaces de transformar en trabajo cualquier decisión mental. Y también por esa razón somos capaces de mantenernos firmes en nuestras decisiones o de actuar a pesar de los obstáculos que haya en el camino. Si de algo está convencido García-Pelayo es de que con energía se pueden generar cambios. Pero la energía tampoco llega de la noche a la mañana: es necesario darle la bienvenida y trabajarla día a día. Los grandes éxitos, pero también los pequeños logros, contribuyen a ello. Y la estrategia no es otra cosa que una sucesión de tácticas (personales o generales).
La estrategia ha de ser única y debe planificar la partida. La táctica, por el contrario, se refiere a los pequeños pasos necesarios y los golpes posibles y variados que habrá que desarrollar para que el plan diseñado se vaya gestando. Por tanto, estrategia solo puede haber una, mientras que tácticas pueden existir varias. Eso sí, es importante no olvidar que todas deben ir encaminadas a lograr el mismo objetivo: que la estrategia propia se imponga fácilmente. Todo es cuestión de actitud, por supuesto, positiva.