Pausa o frenazo en el crecimiento
En pocas semanas el viento bursátil ha cambiado de componente, tal y como diría el hombre del tiempo. Si en el arranque de mes lo que enfriaba el frío llegaba a los mercados desde por el miedo la inflación, ahora lo que pesa sobre el ánimo inversor es precisamente lo contrario, una posible desaceleración, frenazo o parón en el crecimiento.
La rebaja de previsiones de la OCDE ha puesto los números al rebajar la previsión mundial de crecimiento, y Alan Greenspan las letras, al señalar que el crecimiento se ha moderado de forma inesperada en el primer trimestre y aludir al 'amplio reconocimiento de una mayor incertidumbre sobre la inflación y el crecimiento'.
Las tornas han cambiado porque en el mes de abril la Bolsa cayó significativamente, precisamente por el miedo a los tipos más altos. A medida que durante el mes de mayo se relajaban las expectativas sobre el precio del dinero, las Bolsas subieron. Y ahora bajan porque se han olvidado del alza de tipos y lo que les preocupa de verdad es el dinamismo de la economía. Así lo reflejan las últimas encuestas de confianza de inversores de Merrill Lynch y el instituto ZEW.
Es pronto para saber si el enfriamiento económico que los inversores esperan es coyuntural, una pausa en la recuperación, o supone el cierre de un pequeño ciclo. La medida verdadera llegará en unos meses: si el mercado sigue hablando de lo mismo será mala señal. Si vuelve a obsesionarse con los tipos se habrán despejado las dudas.
En todo caso, se trate de una pausa o de un frenazo, este susto probablemente cambie las condiciones de mercado. Ya se nota en el alza de la volatilidad. El inversor ha ganado aversión al riesgo, y mirará varias veces a ambos lados de la carretera antes de lanzarse a comprar con la tranquilidad del último año y medio. El crecimiento, posiblemente, sea reconducido, pero la actitud del mercado ya es otra.