Las claves del éxito de un lujo centenario
Doradas panteras con verdes esmeraldas por ojos, clásicos y rectilíneos relojes siempre imitados o joyas diseñadas para caprichosos personajes que perduraron a su tiempo. Varias son las señas de identidad de Maison Cartier, empresa dedicada a objetos de lujo, que ahora se adapta a un mundo más globalizado y a sociedades con mayor capacidad adquisitiva, pero en las que todavía se encuentra espacio para los objetos más exclusivos. Tal vez esto se deba a la herencia de su fundador, el francés Louis François Cartier, nacido en 1819, artífice de una firma que aunó la elegancia con el diseño más vanguardista en las diferentes épocas de su historia.
Ahora Philippe Guillaumet, director general de Cartier en España, explica algunas pautas de actuación con las que se puede entender cómo una compañía mantiene nombre y glamour para atraer a su ya variada clientela. 'Un aspecto clave', señala, 'es ofrecer productos creativos y al tiempo adaptados a cada ocasión. Desde la joya única con diamantes y el reloj más elitista a piezas más sencillas que se pueden regalar en cualquier acontecimiento de la vida'. 'Porque no sólo estamos en las alhajas más magníficas, también tenemos carteras de piel, gafas o perfumes', añade, 'pero todos con el sello de Cartier, que mantiene su halo y calidad'. Y además siempre es posible, indica Guillaumet, empezar con un reloj de 1.200 euros o con un pequeño brazalete para luego pasar a piezas más selectas.
Y es que, según su experiencia, un cliente de Cartier se mantiene usualmente fiel para siempre, por lo que otra táctica de la compañía es que ellos se sientan en Maison Cartier como en su casa. Además en los clientes puede existir el deseo de acceder en algún momento a los objetos estrella, como a las joyas que en diversas modalidades se centran en la pantera fetiche de Cartier. Guillaumet recuerda lo que para la firma es otro hito: la creación a principio del siglo pasado de un reloj para el aviador Santos Dumont que pasó a la posteridad.
'Hay suficientes elementos en nuestro patrimonio histórico, como nuestros míticos anillos, que pueden ir adaptándose al estilo actual', añade. No obstante, destaca que un eje de la estrategia del grupo desde su fundación es la centralización del diseño y la creación en Francia, para que así 'la identidad y la magia de la firma permanezca unida'. Y en otro tema clave, como es la remodelación de los modelos, 'se deben conseguir piezas intemporales', agrega. A su juicio, no sería lógico ofrecer un producto Cartier que, aunque sea excelente y duradero por los materiales y la técnica con que ha sido fabricados, esté atado a la moda.
Respecto a las tendencias en piedras preciosas, el director general de Cartier señala que los gustos se mantienen clásicos y cita las esmeraldas y, siempre con fuerza y como eterno objeto de referencia, el diamante.
'Las mujeres ya se compran sus joyas'
España es, dentro de los mercados europeos, uno de los que más está creciendo, especialmente en relojes, señala Philippe Guillaumet. 'Y es que hace seis o siete años era común sólo tener un reloj por persona, pero ahora es más frecuente tener piezas distintas para situaciones diferentes'. Pero otro aspecto importante del aumento de las ventas en todos los países, manifiesta, es que las mujeres, que ya cuentan con ingresos propios, se compran joyas y no esperan únicamente a que se las regalen. También hay un uso más frecuente de adornos entre los hombres.Destaca, además, que Estados Unidos y Japón son dos áreas fantásticas para la firma, aunque donde hoy está creciendo más rápidamente es en China y Rusia es otro mercado emergente.