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Bolsas

Una Bolsa que todavía está obsesionada por la burbuja

El estratega de Citigroup ve la economía mucho mejor que en 1999

Tobias Levkovich cree que los mercados no se han curado aún del mazazo recibido tras la burbuja. En un encuentro con Cinco Días, el jefe de estrategia de EE UU de Citigroup asegura que la aversión al riesgo que dejó esta crisis aún pesa: 'Cambiará con el tiempo pero es una mala herida que tarda en curar'.

'Ojalá estuviera ya curada, pero no es así, como resultado de la situación actual los mercados no nos están diciendo nada de lo que va a pasar en seis meses. Nos dicen lo que pasa hoy, pero nada más'. Levkovich apunta que lo que se suele decir del mercado; que descuenta escenarios futuros y por tanto se sabe qué pasará en unos meses, ya no es cierto.

'Era básicamente verdad hasta 1999'. Hasta entonces, 'el mercado y los beneficios se movían de forma coincidente pero ya en 2002 los beneficios estaban yendo hacia arriba antes de que lo hiciera el mercado', explica.

Este estratega echa la culpa de este desajuste a que los mercados reaccionan en exceso a cualquier dato económico o expectativa. Levkovich dice que una de las cosas buenas de su trabajo es que viaja mucho -el día de la entrevista acababa de volver de Florida y se iba a Chicago al día siguiente- y eso le permite alejarse de las pantallas de información: 'Trato de no mirarlas ni siquiera cuando estoy en la oficina'. Levkovich cuenta que, a veces, al final del día le llama su padre para preguntarle cómo ha cerrado la Bolsa. 'Y muchas veces le digo que no tengo ni idea, no se siquiera si ha cerrado al alza o a la baja'. Con un buen humor que no le abandona en toda la conversación asegura que a su padre 'le sorprende que pueda trabajar sin saberlo pero le digo que es irrelevante: es solo un día'. 'Si subiera 600 puntos o bajara 200 lo sabría, pero ¿25 puntos? Eso es ruido. Hay mucho ruido'.

Preguntado sobre si es este ruido el causante de la volatilidad, contesta rotundo: 'La volatilidad es ley de vida. No vamos a volver a los buenos viejos tiempos de estabilidad en los mercados. No, no se vuelve a eso tras la explosión de la burbuja. Hay que pensar de forma diferente de los mercados porque han cambiado'. A la aversión general al riesgo, Levkovich suma la influencia de los hedge funds como razones por las que hay que pensar que el mercado es diferente. 'Nunca su influencia había sido tan fuerte, algunos estudios dicen que representan la mitad del volumen del mercado diario'.

La otra razón es lo que él califica de 'bienintencionada pero tristemente equivocada reforma regulatoria', llegada tras el escándalo de Enron. 'A la gente le da miedo hablar y la información no llega. No digo la información privilegiada, sino de la necesaria para hacer análisis y que la gente no reciba sorpresas. La intención era buena porque había mucha mala información, pero los gestores tienen miedo ahora. Con la ley Sarbanes Oxley pueden acabar en la cárcel, y eso no anima a ser muy abierto'.

Levkovich cree que a la volatilidad, o el nerviosismo, se añade el prisma negativo con el que se analizan todas las noticias, algo que él deplora. 'Tenemos buenos beneficios empresariales, y aunque suban los tipos lo hacen desde niveles muy bajos. Aún están por debajo de lo normal para el actual crecimiento. Estamos normalizando la situación, ¿qué es lo terrible?'. Aquí, Levkovich no puede evitar un cierto sarcasmo. Este analista asegura que hoy en EE UU la situación es mejor que en 1999 y 2000: 'Tenemos más gente empleada, más inversión, más tecnología y sin embargo, por alguna razón estamos deprimidos'.

El plural es una licencia. æpermil;l no lo está. 'Es psicológico. Estamos mejor que en 1999 pero no puedes convencer a nadie de ello'. Con todo, este experto admite que pese a los esporádicos ataques de ansiedad que se viven en el mercado, no hay el miedo que 'se palpaba' el año pasado.

'No soy un eterno optimista', aclara. El año pasado no lo era tanto: 'Entre enero y septiembre de 2004 recomendamos cautela, luego nuestros modelos mejoraron. Ahora creo que es buen momento para invertir'.

GM y Ford no son causa de pánico

La rebaja de la calificación crediticia de General Motors y Ford le llegó a Tobias Levkovich a través de una Blackberry durante una conferencia en Florida. Los miembros de la mesa se pasaron uno a otro la máquina, 'pero nadie se fue corriendo a recomponer su cartera. No hubo ese tipo de reacción', relata. 'El mercado lo entendió', explica el jefe de estrategia de EE UU de Citigroup, 'todos sabíamos de los problemas de estas empresas. Crean una irregularidad porque son muy grandes pero los mercados estaban preparados, no listos, porque no se está listo hasta que pasa, pero en alerta'.Entonces, ¿qué le habría levantado de esa mesa? 'Un atentado terrorista, una crisis geopolítica, la caída de la monarquía Saudí por su influencia en los mercados del petróleo', contesta. Al final de la entrevista, Levkovich volvió sobre la pregunta para decir que le preocupa el proteccionismo que puede provocar una subida de la inflación.Por lo demás, a este estratega ni siquiera le pone nervioso el aplanamiento de la curva de tipos -que mide la diferencia entre tipos de interés a corto y a largo-, una situación que normalmente precede a un retroceso económico. Dice Levkovich que su equipo ha estudiado este hecho y sólo se han encontrado dos precedentes, en la II Guerra Mundial y en la de Corea. 'Es interesante comprobar que coincide con conflictos porque ahora estamos en una guerra contra el terrorismo', expone para luego razonar: 'La Fed ha hecho algo único por el 11-S, la burbuja y la guerra. Son medidas extraordinarias y el mercado de bonos dice que cuando la tensión se relaje se normalizará todo. La gente se está volviendo loca y no es para tanto. Los mercados van bien cuando la curva se aplana. Van terriblemente mal si se invierte pero estamos lejos de eso. Si el margen entre el corto y el largo plazo fuera de 25 o 50 punto básicos estaría más preocupado'. Es de 300.

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