Los tesoros que escaparon de la furia del Vesubio
Salieron intactas de la furia del Vesubio y sepultadas durante siglos bajo las cenizas del volcán. Un total de 200 piezas procedentes de la ciudad de Pompeya evocan hasta el próximo día 20 de octubre el modo de vida de la urbe romana en el Museo Marítimo de Barcelona (Avda. de las Drasanas s/n).
Desde el mobiliario y los elementos decorativos omnipresentes en toda domus romana, hasta los utensilios para embellecerse que las mujeres de la época guardaban en su tocador, ayudarán al público a hacer un viaje en el tiempo. El punto de partida es el año 79 d. C., cuando de 8.000 a 12.000 personas habitaban la ciudad cercana a Nápoles. La muestra, Un día en Pompeya, guarda un espacio para los moldes realizados a partir del vacío que dejaron bajo las cenizas los cuerpos de quiénes perdieron la vida en la tragedia, que también asoló las ciudades de Herculano, Oplontis y Estabia.
Una de las protagonistas de la muestra es una estatua del dios del vino Baco realizada en bronce a mediados del siglo I a. C. que procede del atrio de una casa pompeyense. Otras divinidades, como la diosa Minerva o los dioses Mercurio, Vulcano y Neptuno también están representados en unos relieves que proceden de un templo de la ciudad de Herculano. La mitología egipcia también halla un hueco en la exposición. Se trata de una imagen del dios egipcio del sol encontrada en Herculano.
La coquetería de las mujeres romanas puede percibirse en el apartado de joyas. Se reúnen un conjunto de brazaletes, anillos y pendientes inspirados en diseños griegos y etruscos. El amor de los romanos por el arte se pone de manifiesto en las distintas pinturas murales que reúne la exposición, como la de un barco navegando y guiado por una figura femenina situada en la popa de la nave identificada como Venus.
Pese a la potencia devastadora de una erupción, la piedra pómez volcánica ayuda a preservar en buen estado todo lo que queda sepultado bajo él.
Uno de los objetivos de la muestra es conmemorar el 250 aniversario de la creación de la Reale Accademia Ercolanese, la institución fundada por Carlos de Borbón, rey de Nápoles y posteriormente de España (bajo el nombre de Carlos III), a mediados del siglo XVIII. Con esta academia se iniciaron los estudios arqueológicos en la zona, que se considera uno de los yacimientos más grande del mundo, pese a que el descubrimiento de Pompeya data de 1592.
Al margen de la muestra, se realizarán actividades complementarias, como la de un taller para niños entre 10 y 12 años en el que se les enseñará a preparar perfumes y ungüentos de la época.