Merck destituye a su presidente ocho meses después del escándalo Vioxx
Tras 11 años como presidente de Merck, Raymond Gilmartin deja el cargo, que ocupará Richard Clark. El laboratorio no ha logrado reponerse de la retirada del mercado de uno de sus medicamentos estrella, Vioxx.
Merck (MSD en Europa), anunció ayer el nombramiento de Richard Clark, hasta ahora presidente de la división de manufactura, como primer directivo de la compañía. El Consejo de Administración comunicó ayer su decisión de relegar al que desde 1994 ha sido su presidente, Raymond Gilmartin, a un cargo asesor, y optar por retirar la figura de presidente del organigrama.
Clark tendrá a su lado al directivo Lawrence Bossidy, ex consejero delegado de Honeywell, y que ayer fue el ejecutivo encargado de dar la noticia. Con estos cambios de dirección, que serán revisados en uno o dos años, la compañía trata de reponerse de una de sus peores crisis propiciada por la retirada del mercado de su fármaco Vioxx.
'Hemos buscado candidatos internos y externos (...) buscando la persona que mejor pueda llevar a Merck a responder a las demandas del mundo de la salud (...). Nuestro candidato es Dick Clark', dijo ayer Bossidy. 'Como consejero delegado mis prioridades son claras: servir a las necesidades de los pacientes y dar valor a los accionistas', declaró Richard Clark.
El valor en Bolsa de la farmacéutica Merck se mantiene en niveles similares a los que cayó a finales de septiembre cuando anunció la retirada de su medicamento contra dolores musculares.
El 30 de septiembre la multinacional estadounidense comunicó la paralización de la venta en el mundo de Vioxx, un fármaco que actúa inhibiendo la enzima Cox-2, tras admitir que su consumo podía incrementar el riesgo de padecer dolencias cardiacas. La cotización de Merck cayó entonces un 27%, desde los 45 dólares la acción hasta los 33 dólares. Durante este año los títulos de Merck han llegado a estar por debajo de los 30 dólares y todavía no han logrado alcanzar los 35.
Vioxx era uno de los cinco principales fármacos de Merck, con ventas de hasta 2.500 millones de dólares al año y consumido por dos millones de pacientes en 80 países del mundo. Su retirada supone aproximadamente unas ventas no ingresadas de 750 millones de dólares por trimestre.
El ahora ex presidente de Merck, Raymond Gilmartin, llegó a defender ante el Congreso de Estados Unidos la postura de Merck ante Vioxx -The Wall Street Journal publicó que la compañía conocía los riesgos de esta droga años antes de su retirada- diciendo que incluso su esposa lo consumía.
El caso Vioxx ha traído también consecuencias negativas para otras farmacéuticas. El primer laboratorio del mundo, Pfizer, ha tenido que retirar también este año del mercado un fármaco similar a Vioxx, Bextra. Y ha arrojado sombras sobre la actuación de los principales organismos oficiales reguladores de los medicamentos en el mundo.