Fuerte caída de expectativas en la construcción
El sector de los servicios mantiene un optimismo generalizado, especialmente sobre la demanda interna. La incertidumbre internacional dificulta las previsiones en el conjunto de la economía
La construcción es el primer, y casi único, responsable del deterioro del optimismo de las empresas para los próximos meses. Los empresarios dedicados a la actividad constructora e inmobiliaria son los que con más vehemencia revelan un cambio de tono sobre la marcha de la economía en esta sexta oleada del Barómetro Empresarial Cinco Días-Metroscopia, realizada en la tercera semana de abril.
En los últimos años la construcción ha vivido una especie de luna de miel económica, por la fuerte presión de la demanda, empujada por el incremento de la población y el dinero barato, y ha contribuido de forma intensa al crecimiento económico. Además, la propia naturaleza de la actividad inmobiliaria permite vislumbrar mejor el horizonte económico, puesto que la duración media de las obras proyecta la actividad en una media de veinte meses.
El resto de los sectores mantiene un tono más coherente con el comportamiento de los trimestres anteriores, aunque registran, salvo servicios, una inclinación hacia el pesimismo para el futuro inmediato. Los constructores incluso bajan su valoración de la situación económica actual en tres décimas (del 6,2 al 5,9 en una escala de cero a diez), mientras que la media únicamente genera un ajuste de una décima. En la valoración de su sector de actividad el descenso es de cuatro décimas (de 6,5 puntos a 6,1) y se coloca muy cerca del resto de los sectores, que han mantenido menos euforia en las oleadas anteriores. Hay que recordar (ver gráficos) que la construcción ha sido en la serie histórica del Barómetro el sector con mejores apreciaciones sobre la situación económica de su actividad, llegando al punto más alto jamás registrado en el año y medio de la encuesta, con 7,5 puntos sobre diez en mayo de 2004.
La percepción sobre el futuro entra en valores ya superados por otros sectores, y más bajos incluso cuando se bucea en las posibilidades de que las empresas constructoras eleven sus beneficios, sus ventas al exterior, sus inversiones, su competitividad o sus plantillas.
Mejora en los servicios
La caída de valoración por parte de los constructores es especialmente brusca cuando responden sobre sus perspectivas de resultados para los próximos meses (de 5,7 puntos a 4,8), sobre la creación de empleo (de 4,9 puntos sobre diez a 3,6) y sobre los niveles de competitividad (de 5,9 puntos a 4,7 puntos).
Los empresarios de los servicios son los únicos que conservan euforia creciente. Tras haber registrado cierta desaceleración de sus expectativas en el semestre transcurrido desde septiembre a febrero (claramente reflejado en las anteriores oleadas del Barómetro) ha repuntado tanto su apreciación sobre la actividad económica como sobre el comportamiento esperado para las principales variables en los próximos meses.
Son especialmente optimistas sobre las posibilidades de que las empresas de su sector aumenten las inversiones, los resultados y el empleo, variables todas ellas muy dependientes de la demanda interna. Sin embargo, mantienen un tono más bajo sobre las posibilidades de elevar sus ventas en el exterior y sus niveles de competitividad, dadas las dificultades crecientes para abrirse camino en el exterior, especialmente en Europa por su escasa demanda, y por la competencia de costes de las economías asiáticas.