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CincoSentidos

Paradís acude al rescate de Calle 54

El club Calle 54 ha cambiado de manos. Desde el pasado 23 de marzo, el grupo catalán Paradís se ha hecho con el 51% de las acciones tras los malos resultados obtenidos por la gestión de sus fundadores y propietarios, la sociedad Amigos de Calle 54, que estaba integrada por conocidos personajes del cine. Según datos facilitados por el nuevo accionista, el anterior equipo ha dejado 230.000 euros de deuda contraída con proveedores y acreedores.

Cuando hace dos años abrió el club Calle 54 (Paseo de la Habana, 3. Madrid. Tel.: 902 141 412) rápidamente se convirtió en el local de moda de la capital. Ferrando Trueba, Andrés Vicente Gómez, Santiago Segura, Antonio Resines, Concha García Campoy y otros amigos formaron una sociedad y montaron un local de jazz latino de estilo neoyorquino.

No se escatimaron gastos, empezando por la decoración, que corrió a cargo del diseñador Javier Mariscal. El club de lujo giró desde el principio en torno a la música, concretamente el jazz latino -de hecho el establecimiento tomó el nombre de una película homónima de Fernando Trueba-. El nivel de las actuaciones musicales y el tirón de sus promotores hizo que, de la mañana a la noche, el establecimiento se convirtiera en el no va más de la noche madrileña: actores, músicos, famosos de todo tipo y miembros de la familia real, se daban cita en el bistrot de Calle 54, mesas a pie de escenario que había que reservar con semanas de antelación.

En la planta superior se montó un restaurante de alta cocina con el asesoramiento de Xabi Gutiérrez (mano derecha de Arzak), que a título personal se encargó tanto de la cocina informal de la planta baja como de los platos vanguardistas que se servían en el restaurante gastronómico. Pero las cosas no salieron como estaban previstas y, tras los efectos iniciales de la apertura, el novedoso diseño y el tirón de los conciertos, el local comenzó a decaer. En buena medida por la inestable oferta culinaria. Las hamburguesas y platillos que se tomaban en el bistrot, de calidad discutible, no salían por menos de 30 euros de media, más 20 euros de la actuación. Arriba, más de lo mismo: un servicio poco cualificado y un menú de concepción moderna pero elaboración confusa que no bajaba de los 70 euros. El público no respondía, las deudas se acumulaban y hubo que adoptar medidas.

Calle 54 ha estado cerrado cerca de un mes, el tiempo necesario para que el grupo Paradís se haga cargo de la gestión. Su misión es sanear y reflotar el negocio, dirigirlo y responsabilizarse también de la restauración, manteniendo actuaciones musicales de nivel, pero adecuando la gastronomía a la experiencia y prestigio del grupo catalán, especialista en la organización de eventos a nivel nacional, con servicios de catering y tres restaurantes propios en Madrid y cinco en Barcelona.

Sus primeras actuaciones han sido remodelar el local, cambiar la oferta culinaria y realizar un plan de amortización de la deuda a medio plazo. Con el tiempo se verán los resultados.

Giro gastronómico y nueva decoración

Calle 54 se ha reinaugurado el pasado día 19. Los cambios han afectado a la decoración y la gastronomía: en el bistrot se ha renovado el mobiliario y en el restaurante. En la planta superior, se ha montado una cocina a la vista, se ha abierto una entrada independiente desde la calle y se ha insonorizado con unas cortinas que le aíslan del bullicio de abajo. El mayor acierto está en la línea culinaria, con una carta actual de raíces mediterráneas, a cargo de José Carlos González, director de cocina del grupo Paradís. Cocina bien resuelta en torno a los 40 y 45 euros, que en el bistrot pasa por las ensaladas, los montaditos o el picoteo (entre 9 y 12 euros el plato), donde también se puede tomar sólo una copa.Los fines de semana las actuaciones se retrasan hasta las 12 de la noche, previo pago de 12 euros (con una consumición).

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