Sin alternativas a Blair
Si las elecciones generales de Gran Bretaña fuesen simplemente un referéndum sobre Tony Blair y el Gobierno laborista que él dirige desde 1997, entonces habría una posibilidad real de que los votantes les propinaran a ambos un bofetón en la cara. (...) Pero esto no es un referéndum: es una elección sobre cuál de los tres grandes partidos nacionales ofrece el Gobierno más adecuado y creíble para Gran Bretaña en los próximos cuatro o cinco años. Al respecto, nuestra respuesta es la misma que la sugerida por los sondeos de opinión: el ganador debería ser nuevamente el Partido Laborista, dirigido por Blair.
La mayoría de las elecciones se ganan o se pierden por la economía, la salud y el empleo. (...) Gran Bretaña ha disfrutado 13 años de crecimiento económico firme e ininterrumpido, ocho de los cuales bajo este Gobierno laborista.
(...) Pero aunque los resultados económicos dan un fuerte respaldo al laborismo, las perspectivas no van en el mismo sentido.
(...) Si los conservadores o los liberal-demócratas ofrecieran una alternativa de gobierno (...), The Economist cambiaría su apoyo.
Pero tal alternativa no existe. Tony Blair, con todas sus imperfecciones, sigue siendo la mejor opción de centro-izquierda que hay.