El encuentro entre escritores y lectores
'La cuestión es que la calle se llena de tenderetes y casetas de venta de libros y flores y hay una muchedumbre enorme que se desplaza de un lado a otro de la ciudad, rosa o libro en mano'. Así describe Lucía Etxebarria en Un milagro en equilibrio, último premio Planeta, como es una jornada de Sant Jordi en Barcelona. Las librerías catalanas sacarán 600 tenderetes a la calle y al final de la jornada, si se cumplen las previsiones los editores habrán vendido, como cada año, el 10% de su facturación anual.
Javier Marías, Bernardo Atxaga, Carme Riera, Matilde Asensi, Carmen Alborch, Enrique de Hériz, Paul Preston, Javier Cercas, Carlos Ruiz-Zafón, Lucía Etxebarria, Juan Eslava Galán, Fernando Delgado, Suso de Toro, Luis Rojas Marcos y Javier Moro son algunos de los autores que firmarán ejemplares de sus libros a pie de las librerías.
Para Javier Moro, el autor de la Pasión india (Seix Barral ha lanzado la novena edición, con 90.000 ejemplares vendidos), Sant Jordi es una de las pocas oportunidades que tiene un escritor de romper su aislamiento. 'Este es un oficio donde uno está siempre solo. Rara vez tienes oportunidad de hablar con la gente a la que va dirigido el libro', explica.
El autor ya tuvo ocasión de percibir el calor de sus lectores en Sant Jordi cuando publicó Era medianoche en Bhopal, escrito en colaboración con Dominique Lapierre, y quedó encantado. 'Es muy gratificante, especialmente cuando el libro está funcionando, que los lectores vengan a comentarte cosas'. Esta jornada y la Feria del Libro de Madrid son 'encuentros muy cálidos', aunque 'en Barcelona es más bonito, porque vas de librería en librería y la ciudad es una fiesta'.
Enrique de Hériz ha vivido la experiencia de Sant Jordi como editor y como escritor. Por este motivo, no le molesta dedicar un día a firmar ejemplares, cuando el resto del año es la editorial la que se esfuerza por vender sus libros. 'Se acerca gente respetuosa, que ha leído tu libro y te quiere conocer y felicitar'. El autor de Mentira (editada por Edhasa), novela ganadora del Premi Llibreter 2004, opina, sin embargo, que tampoco hay que magnificar este día. 'Nunca ha sido el día de la literatura, ya nació como feria comercial'. De hecho, hay muchas pequeñas editoriales que llegan a facturar ese día un tercio de las ventas totales del año, resalta.
Es un día también en el que se venden libros que ciertos autores no consideran literatura. 'Es una pena que algunos escritores se molesten', afirma. De Hériz se refiere a la polémica con los llamados autores mediáticos, que no son escritores profesionales pero que venden libros como rosquillas por ser famosos. El volumen de títulos de este tipo es tan significativo que un suplemento de libros de un periódico aparecido ayer dividía las novedades editoriales en narrativa castellana, catalana, traducida, best-seller, negra, histórica, ensayo y mediáticos.
Luis Rojas Marcos ha firmado también en Sant Jordi en anteriores ocasiones. 'Y como no tengo muchas colas, puedo hablar tranquilamente con ellos', explica el autor de La fuerza del optimismo, de Aguilar. 'Y como saben que soy psiquiatra, a veces la firma se convierte en una consulta', asegura.
El caso de Eduardo Mendoza sirve para relativizar las ventas de esta jornada. Esta semana se ha celebrado el 30 aniversario de la publicación de La verdad sobre el caso Savolta, y el autor explicó que en su primer Sant Jordi sólo vendió ocho ejemplares, 'y cuatro los compró mi hermana para la familia'.
La venta de rosas caerá por ser sábado
Que el día de Sant Jordi caiga en sábado, como este año, no gusta a los productores de rosas. 'Si el tiempo acompaña, esperamos mantener la cifra de venta de los dos últimos años de cinco millones, creemos que aumentarla es imposible, y lo importante es que no descienda' explica Miquel Vila, director del Mercado de la Flor y la Planta Ornamental de Cataluña. 'Cuando la fiesta de Sant Jordi cae en sábado generalmente se venden menos flores porque se pierden las ventas de las rosas con las que las empresas o los propios compañeros de trabajo obsequian a las trabajadoras', matiza.