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Elecciones País Vasco

El lendakari insiste en liderar Euskadi pese a los malos resultados

Aquello fue una guerra, ahora se nota otro ambiente' declaró Xabier Arzalluz recordando las anteriores elecciones autonómicas que arrojaron, a cambio de la crispación una participación que rozó el 80%. . Sin muertos, sin incidentes y con un sólo debate, el jurídico (sobre la legalidad de la presencia de EHAK), los incidentes se redujeron a asuntos simbólicos.

María San Gil, la candikdata del PP se encontró en su colegio electoral (donde por cierto también votaba Joseba Egibar, del PNV) con los candidatos ded EHAK recibiéndole con una serie de pancartas en contra de lo que definían elecciones antidemocráticas.

Realmente fue el único incidente de unas elecciones crispadas políticamente pero socialmente tranquilas. Así se unían las sonrisas previas a toda jornada electoral con las habituales conclusiones hiperpositivas cuando se conocen los resultados definitivos. Pero se trataba de sonrisas distintas.

æpermil;xito de Patxi López

La de Patxi López era inacabable, salía de dentro, al sentirse instalado en la centralidad política del país. La de María San Gil respondía a un guión (incluso prefirió bromear con los fotógrafos dando imagen de naturalidad).

La de EHAK, Maite Aranburu, de sorpresa, algo natural en un partido que como suele decir su presidente apenas pasaba de los cincuenta votos. La de Javier Madrazo, interminable en sus adjetivos para definir lo que, en su opinión, significa la izquierda. ¿Y la de Ibarretxe?

Forzada, triunfalista, reclamando'el liderazgo de su partido como ganador de las elecciones 'un liderazgo que tenemos que ejercer, porque así lo reclama la ciudadanía vasca'.

Fue el discurso del ganador real, pero del perdedor moral. A su lado, Josu Jon Imaz, presidente del partido, y Begoña Errazti, de EA, aplaudían a rabiar en un ejercicio de solidaridad con quien había dejado muchos pelos en la gatera de las elecciones .

En cierto modo, contrastaba la tranquilidad de la ciudadanía vasca, que votó en una proporción cercana a su media natural (66%), con los excesos de sus líderes ante su militantes para negar derrotas indudables o engalanar victorias inequívocas. Los vascos votaron poco a poco, en un día marcado por los nubarrones, con los guipuzcoanos como los más madrugadores, sin hacer ruido.

Todo quedó para la parte final, para la lotería de las declaraciones. Las reacciones del Partido Popular se encastillaron en las críticas al presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, por no ilegalizar a EHAK para ocultar la derrota de un modelo intransigente que San Gil ha querido suavizar.

Desde ayer, el plan soberanista propuesto por Ibarretxe perdió alguna página de su hoja de ruta.

Incluso Patxi Zabaleta le ganó al lendakari: 'Nosotros empezaremos a trabajar a las siete de la mañana' dijo, tras conseguir el primer parlamentario de su corta historia.

El lendakari vasco siempre había señalado que a las ocho de la mañana empezaría a buscar el diálogo con el presidente Rodríguez Zapatero.

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