La especulación concentra su atención en los más pequeños
Se denomina chicharro a una serie de empresas cotizadas de baja capitalización, menor liquidez, con balances poco boyantes y que normalmente cotizan en torno al euro
El chicharro, también conocido como jurel, es un pez pequeño parecido a la caballa, no muy apreciado y que se captura para fabricar harina de pescado. En el argot bursátil, sin embargo, y siguiendo una costumbre que surgió en la Bolsa de Bilbao -curiosamente el Golfo de Vizcaya es rico en este tipo de pescado- se denomina chicharro a una serie de empresas cotizadas de baja capitalización, menor liquidez, con balances poco boyantes y que normalmente cotizan en torno al euro. Estas características suponen el caldo de cultivo ideal para el nacimiento de pequeñas burbujas, en la mayoría de los casos de carácter especulativo, tal y como ocurre ahora en la Bolsa española.
La lista de mayores revalorizaciones en el Índice General de la Bolsa de Madrid, que incluye a 117 compañías, está encabezada por valores de este perfil. Así, Ercros y Global Steel suben más de un 90% desde enero, Nicolás Correa se apunta un alza del 87%, mientras que Urbas gana un 78% y Jazztel un 44,4% (ayer cayó un 13%). Además los títulos de OHL, Guipuzcoano, Sniace y CAF registran revalorizaciones superiores al 35% frente al exiguo 0,8% del Ibex 35.
En general, los expertos creen que ni la situación presente ni las expectativas futuras de estas empresas sirven para justificar semejantes repuntes. De hecho, cuatro de las 10 mayores subidas están protagonizadas por sociedades que cerraron el ejercicio 2004 en números rojos (Ercros, Urbas, Jazztel y Nicolás Correa). Una quinta (Service Point), entró beneficios por la exigua cantidad de 320.000 euros. Tan sólo en el caso de Global Steel, que fue objeto de una opa de exclusión en marzo a 4,4 euros cuando cotizaba a 2,9, se explicaría un calentón de esta envergadura.
Los 'chicharros' son típicos de periodos como el actual, con la Bolsa plana y sin tendencia
Los valores los mueven las gestoras más pequeñas. æpermil;stas aseguran no actuar por cuenta propia
Otra característica común de estos valores son los brokers que los mueven. Las grandes gestoras y sociedades de Bolsa se mantienen al margen y las operaciones se canalizan a través de entidades de tamaño más pequeño. En los últimos tres meses Mercados y Gestión de Valores es el operador más activo en Global Steel, Mercavalor lo es en Urbas, Ercros y Nicolás Correa; Eurosafei en Service Point y Gaesco en Jazztel. Desde estas entidades se asegura que no compran ni venden por cuenta propia, sino que lo hacen sólo a través de las órdenes de sus clientes.
'Ni la gestora tiene posiciones en estas compañías, ni nosotros estamos recomendado por fundamentales entrar en ellas', sostiene el responsable de análisis de una de las sociedades de Bolsa más activas en la compra de chicharros. 'Sin embargo, tenemos numerosos clientes que se dedican a la operativa intradiaria que ven en estos valores la oportunidad perfecta, dada su baja liquidez, para especular y realizar jugosas plusvalías'. Este experto conoce bien cómo se mueven los traders: 'Algunos operan al contado y otros muy apalancados invierten con dinero prestado para multiplicar su patrimonio. Entre tres o cuatro clientes pueden juntar 600.000 euros, una cantidad lo suficientemente importante para mover este tipo de valores. Si la subida tiene efecto arrastrarán a otros traders y ya tenemos la burbuja'.
Desde las sociedades de Bolsa especializadas en chicharros reconocen que un mercado como el actual, plano, sin tendencia definida, es el ideal para que los microvalores se calienten y logren atraer las preferencias inversoras.
'Los índices están muy planos y ya no existe tanta volatilidad como antes. Cada vez hay más inversores cortoplacistas que exigen resultados rápidos. Esto requiere valores que se muevan mucho y deprisa, condición que se da en compañías de pequeña capitalización, fáciles de mover entre pocas manos y en los que resulta sencillo subirse al carro', sostiene el gestor de una entidad de crédito bastante activa en la negociación de los valores que más suben en el año y que prefiere mantener el anonimato. 'También son propicios para generar pequeñas burbujas aquellos valores en los que la dispersión de estimaciones sobre resultados sea lo suficientemente grande como para que haya mucha sensibilidad ante cualquier noticia, como por ejemplo Zeltia y sus medicamentos', añade.
Pedro Urbina, director general de Safei, también cree que es un momento óptimo para entrar en valores pequeños debido a la atonía en la que se han instalado las Bolsas. 'Nuestra agencia se ha especializado en esta clase de compañías porque los blue chips ya están suficientemente cubiertos. Realizamos informes acerca de los valores y las operaciones de compra son ordenadas principalmente por clientes institucionales. Sin embargo, debo reconocer que, debido a la conectividad de los mercados de valores, muchas órdenes sobre los denominados chicharros nos llegan del extranjero. Se trata de hedge funds fondos de cobertura que ni siquiera nos piden asesoramiento, van por libre', explica Urbina.
Señuelos atractivos pero peligrosos
A pesar del atractivo de poder ganar (pero también perder) un 10% en una única sesión con los chicharros, los expertos desaconsejan al inversor particular entrar en estos valores. 'Al riesgo inherente de la renta variable añaden el de la iliquidez', advierte Urbina.
'Generalmente, quienes compran estos valores esperan hacerse ricos muy pronto. Si se les sigue todo va bien mientras el valor suba, pero si los especuladores empiezan a deshacer posiciones puede resultar muy difícil salir de ellos' debido al cuello de botella que se produce entre oferta y demanda, sostiene un responsable de análisis de una sociedad de Bolsa.
'Hay que saber mover los hilos en estos valores y conocer cómo funcionan estas compañías. Además, hay que tener en cuenta que algunas empresas con subidas importantes tienen cuidadores del mercado sostienen las acciones', señala el gestor de una entidad de crédito.
Uno de los casos más paradigmáticos de subida desorbitada sin que existan argumentos lo suficientemente sólidos que la sustenten, según los expertos, es Jazztel. Desde la entrada el pasado mes de septiembre de Leopoldo Fernández Pujals en el capital de la operadora, las acciones se revalorizan un 316%. 'Es el ejemplo típico de una compañía en pérdidas en la que entra un nuevo gestor. En este caso Pujals lo hizo bien en Telepizza y el mercado espera que repita ahora en Jazztel. La gente especula y se quiere subir al mismo carro, pero no hay nada que sujete esta valoración, y puede haber tropiezos', aseguran fuentes del mercado.
Esta semana por ejemplo, quien haya comprado jazzteles creyendo que la ascensión era imparable habrá salido escaldado: los títulos cayeron en las últimas seis sesiones un 29%. ¿Motivos para el pinchazo? Una emisión de bonos convertibles al no poder encontrar Pujals un socio financiero para la compañía. Se trata de la enésima modificación artificial del capital social de la empresa con efecto dilutivo. Jazztel, como la mayoría de las burbujas de la Bolsa, cotizan en las cercanías del euro. Los analistas advierten del espejismos que puede suponer esta situación ya que se tiende a asociar una baja cotización con la idea de compañía barata.
'Para un determinado sector de inversores, las empresas que cotizan por debajo de 1 euro presentan un atractivo especial puesto que variaciones muy pequeñas en su precio suponen variaciones porcentuales muy elevadas', explica Alicia Jiménez, responsable de análisis del departamento de Self Trade, en el libro 100 errores de invertir en Bolsa (Pearson Educación). 'Por ejemplo, una compañía que cotiza a 0,33 euros, si sube un céntimo de euro, habrá subido un 3,33%. Parece una extraordinaria oportunidad para especular, aunque siempre debe recordarse que si la compañía cae un céntimo, la pérdida también es del 3,33%. Que sean valores especulativamente atractivos no quiere decir que sean baratos'.
Los expertos también recomiendan distinguir entre chicharros y compañías de mediana y pequeña capitalización con un historia empresarial exitosa y con una liquidez, aunque baja, lo suficientemente alta para que un inversor particular pueda deshacer sus posiciones sin verse pillado en el precio.
'Durante la burbuja tecnológica estas empresas fueron olvidadas, cotizando a un PER número de veces que la cotización recoge el beneficio de 4 y 5 veces como Miquel y Costas o CAF', según Álvaro Arístegui, analista de Interdin. 'Tubacex está subiendo mucho porque el ciclo económico le favorece. Además se ha reestructurado. Otros casos de reorganización empresarial son Adolfo Domínguez, Cortefiel o Mecalux. Por su parte, Barón de Ley es una empresa barata, bien gestionada y con caja. También nos gusta Catalana Occidente, aunque el mercado suele fijarse sólo en Mapfre'.
Pujals y Tallada, dos 'magos' de la Bolsa
Las burbujas no se inflan solas y en el mar de las finanzas chicharros y tiburones tienen mucho más que ver de lo que parece. Detrás de muchas de las espectaculares revalorizaciones que experimentan ciertos títulos en Bolsa hay nombres y apellidos muy conocidos en el mundo de las empresas. Financieros a los que preceden historias de éxito siempre pendientes de oportunidades para hacer dinero rápido y dar un giro al perfil de las cotizaciones. Eso les hace objeto de atención por multitud de inversores, dispuestos a compartir riesgos con ellos, confiados en su bueno olfato o en la suerte acreditada en anteriores operaciones.Nombres como Javier Tallada o Leopoldo Fernández-Pujals se asocian inmediatamente con expectativas de revalorización de un título y basta su posicionamiento en determinadas compañías para explicar que un valor suba como la espuma.Javier Tallada, uno de los hombres clave de la fusión que dio lugar a la actual Ebro Puleva y artífice, en su momento, de buena parte del recorrido en Bolsa de Telepizza, toma ahora posiciones en el capital de Ercros. La expectativa de una fusión entre las dos compañías industriales catalanas de referencia, Ercros y La Seda, justificarían el interés de este inversor, que acaba de comprometerse a suscribir 49 millones de euros en la ampliación de capital de 126 millones que planteará Ercros para la compra de Industrias Aragonesas al grupo Uralita. A la misma aventura, en la que va de la mano con José Manuel Arrojo, se ha sumado también, entre otros, el presidente de la Bolsa de Barcelona, Joan Hortalá, que aportará otros 13 millones.También es muy llamativo el caso de Leopoldo Fernández-Pujals, el financiero cubano fundador de Telepizza que volvió a la escena empresarial española hace unos meses con su entrada en Jazztel. Y por la puerta grande. De hecho, invirtió 48 millones de euros en la compañía, de la que se convirtió en presidente, con la promesa a los accionistas de repetir la misma historia de éxito que en la cadena de alimentación e incluso conseguir que las acciones subieran más deprisa.Con Pujals, Jazztel encontró el socio financiero que necesitaba para poner fin a las quinielas sobre la quiebra de la compañía. Por su parte, Pujals encontraba en Jazztel un proyecto donde implicarse a fondo e incluso tratar de limpiar su imagen de especulador tras el abandono de Telepizza. Hoy Jazztel es uno de los casos más claro de espiral especulativa en el mercado.
Depurar en busca de valores con fundamento
La proliferación de pequeñas burbujas bursátiles no debe llevar a pensar que todas las revalorizaciones de los títulos de pequeña y mediana capitalización tienen carácter especulativo o están poco justificadas. A la hora de pescar en una Bolsa plana como la actual, conviene no meter a todos los peces en la misma red. Los small caps, como se conoce a estos valores pequeños, llevan varios años ofreciendo alegrías a los accionistas y, aunque muchos han tenido crecimientos exagerados y sin fundamento y otros han agotado ya parte de su recorrido, después de varios ejercicios de subida, todavía quedan muchos títulos pequeños que 'encierran historias empresariales y de gestión muy interesantes y que pueden dar sorpresas positivas', asegura Natalia Aguirre, de Renta 4. Lo cierto es que las empresas pequeñas y medianas llevan cinco años haciéndolo mejor que las del Ibex. El empuje parece continuar. Así, en lo que va de año, el índice complementario (que reúne a todas las que cotizan en el mercado continuo salvo las 35 del Ibex) aumenta un 14,89% frente al 0,8 de subida del Ibex. Los analistas creen que es difícil que este comportamiento diferencial respecto a los grandes se prolongue mucho tiempo porque los precios ya no son tan apetecibles como antes y los inversores han empezado a recuperar la confianza en los grandes valores. No obstante, hay liquidez de sobra y si se hace una buena labor de depuración es posible encontrar títulos con potencial.Los analistas apuntan hacia empresas que han hecho reestructuraciones exitosas, ofrecen buena rentabilidad por dividendo, son grandes generadoras de caja o han centrado la atención de los fondos de capital riesgo. Ebro Puleva, Campofrío, Banco Pastor, Cintra, Ence, Logista, Prosegur, Barón de Ley o Catalana de Occidente están en la lista de recomendadas.