El déficit comercial de EE UU alcanza un nuevo récord en febrero
Una vez más, el déficit comercial de EE UU marca un récord. Según las cifras hechas públicas ayer por el departamento de Comercio, éste fue de 61.036 millones de dólares, un 4,3% más que en enero, un mes en el que a su vez se registró un aumento del 5% con respecto a diciembre. Los analistas habían esperado un déficit en el entorno de los 59.000 millones.
'No hace falta decir que las proporciones del déficit son cada vez más incómodamente altas', aseguraba ayer en una nota UBS. Este banco calcula que el comercio podría sustraer un 1,5% del crecimiento anualizado en el primer trimestre.
La debilidad del dólar con respecto a las divisas de una buena parte de sus socios comerciales ha permitido que la exportaciones también se mantengan en cifras récords (100.483 millones de dólares), aunque muy cercanas a las de los dos meses anteriores. Los analistas piensan que éste puede ser el nuevo límite a las ventas de EE UU.
Las exportaciones crecieron sin embargo de forma más vigorosa, un 1,6% para llegar a una cifra total de 161.519 millones. EE UU compró más materias primas industriales (acero, pulpa, hierro). Los altos precios del petróleo han encarecido la factura de este bien por el que se han pagado 18.200 millones en febrero, el segundo mes que más se abona por el crudo tras noviembre de 2003 a pesar de que los volúmenes de compra fueron los menores en un año.
La importación de bienes de consumo no deja de crecer (2%) y en particular la compra de medicinas se ha incrementado un 27%.
El déficit con China se redujo por cuestiones estacionales pero las exportaciones de textiles (liberalizadas en enero ) crecieron un 10%.
El G7 pedirá remedios a Washington
El déficit comercial se conoce días antes de que se reúnan en Washington los representantes del G7 y se espera que, de una forma diplomática, los ministros de finanzas expresen de nuevo a EE UU su preocupación por sus desequilibrios internos. En Europa y las instituciones internacionales hay preocupación por el impacto negativo de los déficit presupuestarios y por cuenta corriente por que pueden desestabilizar el crecimiento mundial y forzar una subida de tipos de interés abrupta. EE UU pide a sus socios un mayor crecimiento para poder exportar más.