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Tribuna
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Perspectivas tras el primer trimestre

El primer trimestre del año se ha caracterizado por un fuerte crecimiento en Estados Unidos debido a que el incremento del consumo doméstico ha permanecido alto. Si lo combinamos con una subida en la inversión empresarial, la economía parece preparada para registrar otro trimestre de crecimiento por encima de la tendencia. La actividad global recibió otro estímulo gracias a la reaceleración de China, impulsada por fuertes exportaciones y consumo. Japón también muestra signos de vida, lo cual quiere decir que la actividad asiática es en general firme.

La zona euro todavía tiene que beneficiarse en la misma medida de esta mejora en el ambiente global. Diversos estudios indican que la confianza empresarial está debilitándose después de un año decepcionante, en el que Alemania e Italia experimentaron una bajada en la producción. Francia y España están en mejor situación, pero el crecimiento general de la eurozona está todavía por debajo de la tendencia. Mientras tanto, Reino Unido continúa actuando mejor que su vecina área euro, incluso cuando ahora hay signos claros de un enfriamiento en la actividad inmobiliaria y una desaceleración en el consumo.

El panorama general es el de una economía global sólida, y se refleja en los precios de las materias primas. El precio del petróleo subió desde alrededor de 40 dólares el barril a más de 50 dólares durante el trimestre, y los precios de las materias primas industriales están también en sus niveles más altos desde hace más de un año. Esto ha contribuido a un incremento en las expectativas inflacionarias, debido a que las empresas han experimentado un fuerte incremento en el coste de la energía y de las materias primas.

Llegados a este punto, parecen infundadas las preocupaciones acerca de un aumento generalizado y global en los precios al consumo, pues la economía mundial esta todavía operando con un modesto grado de inactividad en su mayor parte. De todas formas, en Estados Unidos han experimentado un crecimiento gradual en la inflación principal, la de precios al consumo excluyendo alimentos frescos y energía, doblándose durante el año pasado hasta alcanzar un 2,4% de tasa interanual en febrero.

Esto esta concentrando la atención en la Reserva Federal de los Estados Unidos, que ha continuado su política de control de tipos con modestos incrementos de 25 puntos básicos. Con un crecimiento por encima de la tendencia como telón de fondo este 'ritmo mesurado' parece más y más obsoleto, y hay riesgo de que el ritmo de control se endurezca en los próximos meses a medida que la Reserva Federal estadounidense devuelva los tipos de interés a un nivel más neutral.

La ausencia de una aceleración en las nóminas y el potencial de las empresas Estadounidenses para absorber incrementos de costes dentro de los márgenes de ganancias, indica que la inflación debería permanecer contenida. De todos modos nos hemos apartado bastante del debate acerca de la deflación de hace dos años.

Como su homólogo estadounidense, el Banco de Inglaterra también piensa incrementar los tipos de interés en los próximos meses. Los mercados monetarios están descontando un incremento de un cuarto de punto en mayo, justo después de unas previstas elecciones generales. Pero creemos que esto está en desacuerdo con la evidencia de una debilitación de la demanda en la economía y un nivel de inflación que, aunque está previsto que suba, está todavía dentro de lo esperado. Esperamos que los tipos de interés en el Reino Unido bajen a lo largo del año.

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