Marshall Carter, nuevo presidente de la Bolsa de Nueva York
El consejo de administración de la Bolsa de Nueva York eligió ayer a Marshall Carter como su nuevo presidente, en sustitución de John Reed. De 64 años, Carter se incorporó en diciembre de 2003 al consejo de la Bolsa y entre 1992 y 2001 fue presidente y director ejecutivo de State Street, banco especializado en fondos y custodia de valores.
Carter releva al ex consejero delegado de Citigroup John Reed, que llegó en 2003 a la presidencia de la Bolsa para aplacar los escándalos que rodearon al entonces presidente, Richard Grasso. Grasso dimitió tras conocerse, entre otras irregularidades, que se había embolsado pagos de la Bolsa por 140 millones de dólares y ser demandado por el fiscal de Nueva York, Eliot Spitzer. Reed, entonces jubilado, tuvo que interrumpir su descanso en el Sur de Francia para hacerse cargo de la principal Bolsa del mundo.
Su primera tarea fue cambiar las normas de gobierno de la Bolsa para evitar conflictos de intereses y lavar la imagen del mercado. Carter tiene ante sí la tarea de definir el modelo de negociación de la Bolsa del futuro ante la creciente competencia de las redes de negociación de valores alternativas al parqué tradicional.
Carter subrayó que entre sus objetivos está el ampliar el liderazgo de la Bolsa en diversos frentes, incluida la protección de los intereses de los inversores y la transformación del modelo actual de mercado. También aludió a 'elevar el nivel de autorregulación y gobierno y garantizar un mercado de la más alta calidad'. John Thain, director ejecutivo de la Bolsa, resaltó la vasta experiencia de Carter en el ámbito financiero y también alabó la labor de Reed.
Pendientes de la negociación electrónica
Cuando Elan cayó un 54% el último día de enero, más de la mitad del negocio hecho con acciones de la empresa irlandesa se contrató en redes alternativas a la Bolsa de Nueva York. El actual consejero delegado, John Thain, tiene un plan para mezclar la negociación electrónica con la contratación manual en el parqué, la que está ahora en vigor. Pero antes debe lidiar con las entidades cuyo negocio es, precisamente, operar a mano en el parqué.