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Política

Cataluña reduce un 33% su déficit fiscal, hasta 850 millones

La Generalitat de Cataluña redujo un 33% el déficit el año pasado, situándolo en 850 millones de euros, lo que representa el 0,58% del PIB catalán. El déficit de 2003 se situó en 1.264 millones. El consejero de economía de la administración catalana, Antoni Castells, presentó ayer la liquidación del presupuesto de 2004, ejercicio que se cerró con una deuda de 18.942 millones, un 9,1% más que en 2003, pero por debajo del crecimiento del 17,5% que registró ese año.

La cifra de endeudamiento incluye una partida de 5.061 millones, en la que participa el Instituto Catalán de Finanzas (ICF), el organismo financiero de la Generalitat. Castells indicó que el presupuesto de 2004 'es el primero del que nos hacemos responsables', a pesar de ser de 'transición'. El responsable de Economía destacó el esfuerzo de saneamiento realizado, y se refirió a la reducción del gasto acumulado desplazado en 304 millones, de los que 251 corresponden a gasto sanitario. Parte de esta reducción se ha debido a la liquidación que se realizó durante el año pasado de impuestos del Estado correspondientes a 2002.

El total de ingresos no financieros de 2004 fue de 18.289 millones, lo que supuso un 6,3% más de lo previsto. Los gastos no financieros alcanzaron los 18.967 millones, un 5,4% más. La recaudación de impuestos directos creció un 3% por encima de lo presupuestado, y los indirectos subieron un 1,5% más de lo estipulado. El recargo sobre combustibles de 0,24 céntimos por litro instaurado en agosto sólo aportó 22 millones, teniendo presente que el último trimestre se ha liquidado en 2005.

Por otra parte, la Generalitat y el Ministerio de Hacienda negocian la nueva catalogación de la deuda, que incluirá la procedente de la Corporación Catalana de Radio y Televisión, la del Teatro Nacional y la de algunos consorcios hospitalarios con participación mayoritaria de la administración autonómica.

Maragall pone límites a la solidaridad

El presidente de la Generalitat se reunió ayer en Madrid con una nutrida representación empresarial en el foro organizado por el diario ABC, ante la que dejó clara su intención de someterse a unas reglas comunes a la hora de negociar el nuevo modelo de financiación autonómica, pero también de poner límites a la solidaridad, puesto que de lo contrario, en su opinión, se incentivaría que las comunidades autónomas más atrasadas 'vivieran de los subsidios'.Maragall apostó por que el PSE pacte con el PNV tras las elecciones vascas.

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