Decenas de miles de fieles velan al Papa en San Pedro
Los restos del difunto Juan Pablo II fueron depositados ayer en la basílica de San Pedro, donde permanecerán expuestos tres días para que los fieles puedan presentarle su último adiós. El próximo viernes se celebrará el funeral y su cuerpo sea enterrado en las grutas del Vaticano, cerca de la tumba de Juan XXIII y de la que, según la tradición, corresponde al apóstol Pedro.
El homenaje público al Papa comenzó ayer en torno a las ocho menos cuarto de la tarde, más tarde de lo previsto, cuando la cola para acceder al recinto se perdía más allá de lo que alcanza la vista. La policía italiana estima en unas 100.000 las personas que asistieron al paso del cortejo fúnebre.
El retraso se debió al complicado ritual de traslado del cadáver al templo desde la sala Clementina, en el Palacio Apostólico. En la procesión funeraria participaron los cardenales de la Curia, a cuyo frente se encontraba el camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo.
Al funeral acudirán los Reyes de España entre unos 200 jefes de Estado
El cuerpo sin vida de Karol Wojtyla, amortajado con la sotana blanca y la casulla roja pontifical, la estola arzobispal y la mitra, fue desplazado a hombros por 12 silleros a través de las distintas estancias de Palacio. Los silleros eran, en otros tiempos, los nobles a quienes se les concedía el honor de llevar el trono del Santo Padre a hombros. El cadáver iba también escoltado por ocho miembros de la guardia suiza, vestidos con traje de gala, y precedido por un grupo de frailes que portaban un cirio encendido.
Al salir la comitiva a la plaza a través del portón de bronce, muchos de los miles de fieles que se agolpaban ahí comenzaron a aplaudir. Las campanas de San Pedro tocaron a duelo mientras los religiosos entonaban una letanía. Antes de entrar en la basílica, la comitiva se detuvo en lo alto de la escalinata y mostró el cuerpo del Pontífice a la multitud.
Una vez en el interior, Martínez Somalo ofició una liturgia. La capilla ardiente quedó instalada en la parte central del templo y se espera que permanezca abierta hasta el jueves. Durante este tiempo, San Pedro sólo cerrará entre las dos y las cinco de la madrugada para labores de limpieza.
Al funeral se espera que a él asistan hasta dos millones de peregrinos y unos 200 jefes de Estado. El acto será oficiado por el cardenal alemán Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio.
Entre los monarcas, presidentes de república y primeros ministros que ya han confirmado su asistencia se encuentran los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía; el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; y el líder de la oposición, Mariano Rajoy.
Entre otros mandatarios, se espera la presencia del presidente de los Estados Unidos, George W. Bush; del de la República de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, junto al primer ministro italiano Silvio Berlusconi; así como del premier británico Tony Blair, que acompañará al Príncipe de Gales, y del presidente francés, Jacques Chirac.
Roma se prepara para una concentración histórica
Casi 6.500 agentes de la Policía italiana velarán porque las honras fúnebres del Pontífice, que podrían reunir a dos millones de personas, transcurran sin incidencias. Unos 5.000 efectivos se ocuparán de la gestión del orden público y el resto se hará cargo de la seguridad de los mandatarios que acudirán a las exequias. Ante la saturación de tráfico que vivirá Roma, las autoridades italianas no descartan que se opte por trasladar a los mandatarios hasta las inmediaciones de San Pedro en helicóptero.Para atender a los peregrinos se han establecido tiendas de campaña en el estadio Olímpico, Flaminio y en el área de Tor Vergata, además de los dos palacios de deportes de la ciudad. Ya se han instalado 15 puestos de enfermería móviles, y se ha movilizado a 600 médicos y 200 ambulancias.