Enron, de tragedia griega a documental
Cliff Baxter no pudo soportar la presión sobre su conciencia y el 25 de enero de 2002 se suicidó. Baxter era un alto ejecutivo de Enron, la empresa que dos meses antes había solicitado la suspensión de pagos al tiempo que se empezaba a revelar el nido de fraude que era. La séptima corporación de EE UU se convertía en una 'tragedia griega' y como tal se la tomó el director de cine Alex Gibney, quien saltó a la fama con Los juicios de Henry Kissinger.
Gibney ha elaborado un documental, que se estrenó en el festival de cine de Sundance, sobre el drama de la empresa y se acaba de presentar en Nueva York ante la prensa. La cinta se basa en el libro Enron: los chicos más listos del despacho, escrito por los periodistas de Fortune Bethany McLean y Peter Elkind, y mantiene ese título.
'A través del libro de Bethany y Peter vi que la historia de Enron era más que un escándalo de una empresa. Era un drama humano', dijo Gibney en la presentación de la película. El director asegura que el documental es 'una oportunidad para explorar algunos de las más importantes cuestiones de la cultura americana, la crueldad de nuestro sistema económico y la forma en la que puede ser explotado para beneficiar los que tienen poder'.
El documental empieza con la muerte de Baxter, el momento más gráfico de esta tragedia que presenta Gibney con pulcritud, detalle, sorprendente documentación gráfica, solvencia informativa y sarcasmo. Aunque la obra no tiene el gancho populista de los documentales de Michael Moore, hasta la audiencia menos versada en economía se sentirá cómoda y sorprendida durante las casi dos horas de metraje. Los fans de Moore la disfrutarán también.
Con la ayuda de los autores del libro, que aparecen ante la cámara, e imágenes nunca vistas antes de la compañía y sus directivos Ken Lay y Jeff Skilling (presidente y consejero delegado, respectivamente), Gibney desenmaraña los aspectos más humanos y también empresariales de la caída del gigante energético.
La película no tiene una cadencia temporal, pero eso no complica la comprensión de la trama por más que ésta se escapara en su momento a los reguladores, los analistas, los periodistas e incluso Alan Greenspan, a quien se ve recibir un homenaje de Lay y Skilling. 'Creo que estaban convencidos por que habían presentado su trabajo envuelto en la ideología que muchos americanos quieren creer, que es que si no hay reglas ni regulaciones, todo funcionará bien', dijo el director.
Para Gibney, tanto Lay como Skilling eran actores con talento pero Enron era un cascarón y era imposible que ganara dinero. Enron, los chicos más listos del despacho se estrena el 22 de abril en los lugares de autos: Texas, California y Nueva York. Dos días después llegará a otras 50 ciudades de EE UU. Su productora, Magnolia, tiene acuerdos ya para que se distribuya en el Reino Unido.
Protagonistas indeseados de la película
Los abogados de Lay y Skilling aconsejaron a sus clientes no hablar con Gibney. Pese a ello, abundan en la cinta escenas en las que ambos son protagonistas. El director asegura que no puede decir quién se las ha dado y agradeció la contribución de estos colaboradores y las de otras personas que aportaron testimonios. Gibney dice profesar admiración por su valentía, ya que muchos ex empleados temen aún que sus declaraciones les incriminen.