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Banca

La ética, asignatura pendiente de Citigroup

Charles Prince quiere que una vez al año todos los empleados de Citigroup hagan un curso práctico de ética y que éste sea especialmente intenso para los ejecutivos. Desde su puesto de consejero delegado de la mayor entidad bancaria del mundo, Prince ha decidido que considerar a esta asignatura una 'maría' es un lujo que no puede permitirse y desde el uno de marzo la entidad se ha impuesto un plan para elevar y reforzar el compromiso moral de la empresa.

Para Prince este compromiso se ha revelado capital, toda vez que la entidad ha visto crecer sus problemas en varios continentes y, sobre todo, acaba de recibir lo que ha sido contemplado por los analistas como una bofetada pública por parte de la Reserva Federal.

El pasado jueves la autoridad presidida por Alan Greenspan prohibió al banco hacer 'compras significativas' hasta que resuelva sus problemas con los reguladores. De acuerdo con la Fed hay 'hechos recientes que necesitan ser corregidos' y espera que los gestores de la entidad se centren en ellos y no en 'estrategias que les distraigan de este objetivo'. Nunca estas restricciones se habían impuesto a un banco de la talla de Citigroup.

Greenspan ha prohibido a la entidad hacer compras hasta que resuelva los problemas

Pero la Reserva ha hecho cuentas, y en el debe de Citigroup hay muchas entradas. En septiembre de 2004, las autoridades de Japón retiraron a la entidad la licencia para operar tras verificarse que había cometido ilegalidades y no había prevenido ni el lavado de dinero ni la manipulación de valores. Paralelamente, las autoridades europeas investigan una operación de agosto en el mercado de bonos que despierta graves sospechas de manipulación del mercado. Según Financial Times, un memorando del banco americano explicaba cómo operaciones de este tipo podían forzar la salida del mercado de deuda europea de los competidores de menor tamaño.

En EE UU, Citigroup ya ha firmado varios acuerdos extrajudiciales con inversores de empresas como Worldcom y Enron, que sucumbieron tras usar el fraude para crecer con el apoyo de ésta y otras entidades. En 2004 Citigroup provisionó 5.000 millones de dólares para cubrir esta clase de responsabilidades. Además, la propia Reserva ha acusado a la filial CitiFinancial Credit de mala gestión y manipulación de cuentas de sus clientes.

Pero la orden restrictiva de la Fed se produjo apenas horas antes de que se produjeran dos borrones más.La fiscalía de Milan acusó a Citigroup y otras cuatro instituciones financieras de contravenir varias leyes mercantiles en su relación con Parmalat. Según el fiscal, la empresa de alimentación pudo engañar a sus inversores gracias a la ayuda de estos bancos. Por otro lado, el viernes se hizo público que la SEC estudia querellarse por presunto delito de uso de información privilegiada contra Victor Menezes, ex responsables de mercados emergentes y uno de los ejecutivos que gozaba de mejor posición en el banco hasta su retirada en enero.

La prohibición de la Fed no cambiará la estrategia de crecimiento de Citigroup, porque Prince ya ha desestimado hacer más fusiones o adquisiciones. Pero refuerza el nuevo discurso ético de este ejecutivo, que ha asegurado a varios medios en EE UU que su plan de crecimiento no saldrá adelante si el banco no se libera de la controversia constante.

Prince, vigilante desde su llegada

Los problemas de Citigroup no deberían haber pillado por sopresa a Charles Prince. Este ejecutivo llegó al puesto de máxima responsabilidad a finales de 2003, pero bajo la dirección Sanford Weill Prince ya había ocupado puestos de alta responsabilidad, y siempre se mantuvo muy cercano a Weill. Ahora lidia con problemas gestados durante años.En una reciente entrevista con The Wall Street Journal, Prince rechazaba que en el banco hubiera una cultura de corrupción. Sin embargo, aceptaba que sus dirigentes han fallado a la hora de hacer extensivos a la entidad sus valores éticos personales. 'Hemos enfatizado sólo la parte de la ecuación que se refería a los resultados a corto plazo', decía a TWSJ, 'no pensábamos que tuvieramos que decir, 'ah, por cierto, no se pueden contravenir las leyes'; había asunciones que tendrían que haberse verbalizado'. Ahora intenta atajar los problemas con un plan de reforzamiento ético en marcha desde el pasado el 1 de marzo y que él personalmente va a vigilar que se cumpla al pie de la letra, según ha señalado.

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