Microsoft se resiste a acatar las órdenes de la CE sobre competencia
La Comisión Europea rechazó ayer la oferta presentada por Microsoft para cumplir con la decisión comunitaria que hace un año ordenó a la compañía facilitar a las empresas rivales, bajo régimen de licencia, la interoperabilidad de sus productos con el sistema operativo Windows.
La Comisión Europea advierte a la multinacional que 'la paciencia tiene un límite' y recordó que en caso de flagrante incumplimiento de una decisión sobre política de Competencia se pueden imponer multas de hasta el 5% de la facturación diaria de una empresa.
La normativa comunitaria no establece plazos concretos para que Microsoft presente una nueva oferta. Pero fuentes oficiales de la Comisión señalaron que la empresa de Bill Gates 'dispone de 15 días para modificar las condiciones'.
Bruselas pide a Microsoft, en concreto, que rebaje los royalties que quiere cobrar por la concesión de licencias. 'No nos corresponde a nosotros decidir el precio', dicen fuentes de la Comisión. 'Pero no podemos admitir unas condiciones que neutralicen la efectividad de nuestra decisión'.
Bruselas considera, asimismo, que la oferta presentada por Microsoft sigue 'haciendo muy difícil que los potenciales beneficiarios de la decisión dispongan de la información técnica necesaria para evaluar si merece la pena adquirir o no una licencia de interoperabilidad'.
Microsoft pretende, además, conceder licencias globales para crear servidores de grupo compatibles con Windows. Bruselas teme que, de ese modo, las empresas interesadas 'tengan potencialmente que pagar por cosas que no necesitan'.
La CE rechaza, por último, la decisión unilateral de la compañía de Bill Gates de excluir de la posibilidad de adquirir licencias a los vendedores de software libre.
Microsoft tampoco ha cumplido aún la segunda exigencia de la Comisión: comercializar en la Unión Europea una versión de Windows sin el programa multimedia Media Player. La CE y Microsoft siguen discrepando sobre la presentación comercial de ese producto. Bruselas teme que el marketing de la compañía intente sugerir al consumidor que se trata de una versión empobrecida de Windows.