Los expertos señalan que España está viviendo por encima de sus posibilidades
El tamaño del agujero comercial está adquiriendo proporciones difícilmente sostenibles. De hecho, es probable que, si España tuviese aún una moneda exclusiva y una política monetaria propia, el Gobierno recurriría a una fuerte devaluación para compensar la pérdida de competitividad de los productos españoles, tal como se hizo a principios de los noventa. El académico José Barea se atreve a cuantificarla: 'No es sostenible que el déficit por cuenta corriente se duplique de un año para otro. Para recuperar la competitividad habría sido necesaria una devaluación de hasta el 20%, con todos los problemas que conllevaría'. Según Barea, la situación actual no refleja sólo incapacidad exportadora, sino que España no da la talla competitiva siquiera en el interior del país. Así se explica el brutal incremento de las importaciones (un 12,5%) para abastecer la demanda interna.
Para el profesor e historiador Julio Alcaide 'no existe problema de financiación del crecimiento económico, puesto que la gran mayoría de los incercambios deficitarios se producen con la zona de la moneda común, pero la economía está obligada a ajustar sus excesos. Es el mensaje que nos envía este desequilibrio de balanza de pagos: no podemos seguir viviendo por encima de nuestras posibilidades, que a fin de cuentas es lo que pone de manifiesto el déficit por cuenta corriente'. Para Alcaide hay que hacer 'una política económica muy conservadora en materia de precios y de costes para corregir la inflación diferencial acumulada y recuperar competitividad. No podemos seguir pagando cada vez más euros por las mismos cosas'. El catedrático Emilio Ontiveros achaca el agujero al patrón de crecimiento de la economía española: 'Hay una excesiva dependencia de la construcción y el turismo, frente a una formación de capital productivo que hasta hace apenas diez meses era incluso negativa. No hay un problema de financiación; el problema es que importamos bienes que hace poco producíamos aquí'. En opinión de Ontiveros, otro dato preocupante es la disminución de la inversión directa en España, 'reflejo del excesivo acotamiento de la producción'.