La nueva ola de la banca de inversión
Tienen en común la independencia, en distinto grado según el caso, la especialización en el servicio que ofrecen, el asesoramiento -mucho más sofisticado-, y el momento en el que aparecen -las más veteranas acaban de cumplir los cinco años-. El origen y la experiencia de sus socios y fundadores también es similar. El perfil responde al de un profesional de renombre con una larga trayectoria en el sector financiero, en entidades extranjeras y españolas, y con ganas de innovar y desarrollar proyectos propios.
'En algunos casos, responde a iniciativas empresariales, en otros, son personales', dice Santiago Eguidazu, presidente de Nmás1. 'Pertenecemos a la misma generación y compartimos la misma filosofía en lo que a labor profesional se refiere', explica uno de los veteranos del sector, Santiago Satrústegui, presidente de Abante Asesores, y durante años director general y socio de AB Asesores, sociedad de valores que compró Morgan Stanley en 1999.
Y es que como si se tratara de una regresión al pasado -con todos sus matices-, estas entidades parecen en algunos casos herederas de las agencias y sociedades de valores que nacieron tras la aprobación de la Ley del Mercado de Valores de 1989. Entonces, los antiguos agentes de cambio y Bolsa dieron paso a empresas de inversión, en la mayoría de los casos independientes, dedicadas a la intermediación en renta variable.
Sus socios proceden de las grandes firmas
La eclosión del capital riesgo las ha impulsado
Esta situación no duraría mucho. El desarrollo del mercado de valores en España, la puesta de largo del capitalismo popular así como la aparición de nuevas formas de ahorro atrajeron la atención de los grandes grupos bancarios extranjeros que ávidos de crecimiento decidieron abrirse paso en el mercado español. Y qué mejor manera de hacerlo que a través de una entidad con presencia en el mercado local.
Fueron los años -finales de los noventa- en los que estas mismas agencias fueron adquiridas por los Merrill Lynch (FG Valores), Grupo Espirito Santo (Benito & Monjardín), Fortis Bank (Beta Capital), Bipop (Safei), o la propia Morgan Stanley con AB Asesores. Tan sólo Renta 4 sorteó esta ola de adquisiciones, pese a que no le faltaron ofertas.
Ahora, el brokerage puro y duro al que se dedicaban estas entidades ha dado paso a una especialización y un servicio mucho más cuidado y personalizado que en aquellos años. Una actividad mucho más sofisticada como la gestión de patrimonios, la actividad de corporate, la de private equity o la gestión de activos son las que ocupan ahora a este tipo de sociedades. En todos los casos con un denominador común, el de ofrecer un servicio mucho más personalizado que el que ofrecen las grandes entidades financieras tradicionales, más especializado y con el valor añadido del asesoramiento.
Su actividad última dista mucho de parecerse de un caso a otro. De hecho, cuesta encontrar dos sociedades con una filosofía y un modo de hacer ya no idénticos, sino similares.
Mientras que el cliente potencial de unos es la empresa, como sucede en Nmás1 o Arcano, enfocado al asesoramiento en operaciones de corporate finance; otros tienen como objetivo la gestión de patrimonios entre cinco y 100 millones como GBS Finanzas Asesores Patrimoniales.
Además, existen aquellos que no ponen límites. Un ejemplo es la actividad que desarrollan Atlas Capital o Abante Asesores. 'No establecemos patrimonios mínimos ya que en función del importe que nos trae el cliente se dedican unos u otros recursos', sostiene Satrústegui. 'Por ejemplo, en Abante tenemos un fondo de dinero que puede suscribirse desde 10 euros', añade este experto, para quien es importante ofrecer un servicio basado en la independencia que permita dar un enfoque global al patrimonio y una planificación financiera completa más que segmentar a los clientes por su patrimonio.
En Atlas Capital, que mantiene entre sus socios al banco de inversión suizo Julius Bär, y que tampoco fijan mínimos para aceptar clientes, comparten una opinión similar. 'Nuestro objetivo es cubrir las necesidades del cliente, a través del conocimiento de sus carencias para después ofrecerles el producto que mejor les convenga', explica Jorge Sanz, presidente de la sociedad.
El caso de Tressis es distinto. Además de tener como accionista del 30% de su capital a Goldman Sachs, su actividad es diferente del resto. Creada como agencia de valores ha desarrollado una plataforma que distribuye más de 3.000 productos de 60 gestoras diferentes, al mismo tiempo que gestiona patrimonios de importes diversos. Eso sí, entienden que para que el cliente pueda beneficiarse de su valor añadido el capital requerido debe superar los 40.000 euros.
Y algo más. Frente a aquellos que opinan que estas compañías compiten entre ellas, José Miguel Maté, consejero delegado de la firma, responde que en muchos casos son complementarias. 'Tenemos como clientes a muchas instituciones, en algunos casos competidoras en el asesoramiento de grandes patrimonios a los que, además, ofrecemos todo tipo de servicios, que en algunos casos tenemos externalizados'.
En el área de family office operan otras sociedades como GBS Finanzas o Nmás1, ésta última con áreas específicas de gestión de inversiones alternativas -sector que pretenden liderar en España-, banca de inversión para empresas y asesoramiento y gestión patrimonial. 'Es un sector con una clara demanda de asesoramiento y servicios especializados, que ha crecido mucho en los últimos años fruto de la riqueza generada en España al calor del boom inmobiliario y de la construcción', afirma Juan Esquer, socio de GBS Finanzas Asesores Patrimoniales.
Huir de los conflictos de intereses que surgen en las grandes entidades, donde con asiduidad los productos que se colocan a los clientes vienen determinados por las redes comerciales, según estos profesionales, es el objetivo último que persiguen estas compañías de reciente creación. Detrás de estas estrategias subyace una demanda de servicios, que, como opina Satrústegui, no han sido satisfechos por otras entidades. 'El nicho está ahí, fruto de la sofisticación del mercado y también del ciclo, que es determinante', explica Eguidazu.
En común -mantienen- está el que hacen una banca de personas, donde la proximidad con el cliente es un factor primordial. Además del tamaño, que como sostiene Satrústegui, es común.
Denominadas boutiques en algunos casos -término que rechazan algunos de ellos- su cifra no deja de aumentar. Además de los actuales, en el mercado hay muchos otros, algunos de ellos de reciente creación. Banif, banco del que salió Maté para desarrollar Tressis con otros socios, es también el origen de otro proyecto. Uno de sus directivos, que recaló más tarde en Fortis, Enrique Quemada, ha creado One to One Capital Partners, una sociedad con vocación de desarrollar, como Arcano Asesores, la actividad de fusiones, adquisiciones, y alianzas estratégicas (corporate finance).
Y es que si la riqueza generada en España ha impulsado los servicios de banca privada, la eclosión del capital riesgo y el crecimiento en este segmento está propiciando la creación de empresas especializadas. Así lo reconocen Jaime Carvajal y Álvaro de Remedios, de Arcano.
El crecimiento no se detiene aquí. Las cada vez mayores necesidades de los clientes, que demandan servicios más sofisticados y un trato diferencial- han llevado a varias de estas compañías a solicitar a la CNMV la creación de una gestora de instituciones de inversión colectiva que les permita ampliar su actividad al área de la gestión de las Sicav (uno de los vehículos de inversión habituales de las grandes fortunas).
Actividad
La vocación de estas sociedades varía. De la gestión de grandes patrimonios a los que se dirigen algunas de ellas, a la empresa, pasando por los family office o el asesoramiento a empresas en operaciones de fusión, adquisición o alianzas estratégicas.
En busca de una mayor transparencia
Auditorías, resultados..., en definitiva una mayor regulación del sector es lo que exigen algunos de estos profesionales. Santiago Eguidazu, presidente de Nmás1 así lo afirma. 'Las actividades que desarrollan algunas de estas compañías y que ofrecen sólo asesoramiento deberían estar reguladas'. Por el momento, en España, la actividad del asesoramiento no está sujeta ni a la CNMV ni al Banco de España ni a ningún otro organismo. De ahí que parte del sector apele a una mayor transparencia de este tipo de actividades.Con todo, ésta no es la única asignatura pendiente que pesa sobre el sector de la banca de inversión independiente. Cómo pueden gestionar Sicav (el vehículo que utilizan asiduamente las grandes fortunas para canalizar sus inversiones) todavía está pendiente como quedará finalmente el reglamento de la ley de fondos que se aprobará en los próximos meses.Hasta ahora, las agencias y sociedades de valores podían gestionar las Sicav, pero los requisitos exigidos a estas empresas de servicios de inversión podrían aumentar en el texto definitivo de la ley. Según fuentes de la CNMV, mientras no se apruebe el reglamento que desarrolla esta ley sólo las gestoras de instituciones de inversión colectiva pueden gestionar estos instrumentos.A la espera de una resolución definitiva, algunas de estas nuevas sociedades, creadas como consecuencia de la mayor demanda de servicios especializados, han solicitado la autorización de una gestora que les permita ampliar su actividad. No sólo por la parte de las Sicav sino porque además les permitiría distribuir fondos de fondos. Así lo manifiesta Jorge Sanz, presidente de Atlas Capital. 'Queremos acercar a los pequeños inversores la calidad del servicio que se ofrece a los grandes clientes, además de tener la oportunidad de ofrecerles productos de instituciones a los que no tendrían acceso de otro modo'.Otro de los reclamos del sector es una mayor profesionalización de la actividad que desarrollan, por ello defienden la formación de los profesionales de estas sociedades como uno de los aspectos primordiales.