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Cuentas Públicas

La zona euro desaprovecha la recuperación para sanearse

El déficit público de la zona euro cerró en 2004 por segundo año consecutivo al borde del 3%. Los números rojos de los doce países incluso pueden superar el 2,7% de un año antes, la peor marca desde el estreno de la moneda única en 1999.

La mayor parte de los 12 países de la zona euro experimentaron durante 2004 una sensible mejoría en su crecimiento económico, pero esa bonanza no se ha traducido todavía en un saneamiento de las finanzas públicas.

La Comisión Europea cree que las previsiones demasiado optimistas de los Gobiernos sobre sus ingresos fiscales, las rebajas de impuestos no compensadas y los gastos por encima de lo previsto en algunas partidas han contribuido a mantener o elevar el nivel de déficit alcanzado en 2003.

Seis países (Alemania, Francia, Italia, Holanda, Grecia y Portugal) rozan o superan el límite del 3% de déficit previsto en el Pacto de Estabilidad. Y el conjunto de los Doce batirá en 2004, probablemente, su peor marca en cuanto a déficit público, registrada el año anterior con un 2,7%.

'Seis países rozan o superan el 3% de déficit máximo permitido por el PEC'

La cifra final está siendo verificada por Eurostat y no se hará pública hasta el próximo día 18. Pero los datos remitidos por las capitales y las previsiones de la Comisión apuntan a unos números rojos situados entre el 2,7 y el 2,9%.

Dos días después de que se publiquen los datos definitivos, los ministros de Economía de la Unión se reunirán en Bruselas para intentar rematar la flexibilización de un Pacto de Estabilidad que, en teoría, castiga el déficit superior al 3%.

Francia y Alemania cerraron 2004 con un déficit de del 3,7 y el 3,9% respectivamente, incumpliendo ese Pacto por tercer año consecutivo. Berlín se había marcado como objetivo el 3,3%, pero la Comisión cree que el gobierno de Gerhard Schröder pecó de excesivo optimismo al calcular los ingresos fiscales. Y Alemania ha sido uno de los países donde no se ha materializado aún la recuperación.

París, en cambio, ha mantenido su pausado ritmo de reducción del déficit a pesar de que su tasa de crecimiento (en torno al 2,5%) ha sido mejor de lo previsto (1,7%). El gasto en sanidad y administraciones locales, entre otros factores, ha anulado el efecto positivo de ese incremento de la actividad.

Italia, con todo, parece el paciente más delicado entre los países grandes, con un déficit que, tras sucesivas revisiones al alza, se sitúa ya en el 3%. Roma acaba de reconocer que en los últimos tres años el déficit se situó varias décimas por encima de lo anunciado.

Las irregularidades contables también han disparado el déficit de Grecia hasta casi el doble del límite previsto en el Pacto. Atenas corre el riesgo de convertirse en la primera capital que sufre algún tipo de sanciones por ese motivo. Por último, Portugal, el primer país de la zona euro cuyo déficit superó el 3%, ha recaído de nuevo hasta situarse a sólo siete centésimas de un nuevo expediente disciplinario.

Las amnistías fiscales no potencian como se esperaba la recaudación

Los Gobiernos de la zona euro con dificultades para cumplir los límites de déficit público previstos en el Pacto de Estabilidad rastrean fórmulas para potenciar los ingresos de las arcas públicas sin aumentar la presión fiscal.Alemania (con un déficit del 3,9%) y Bélgica (con una deuda de casi el 96%) probaron en 2004 con escasa fortuna una oferta de amnistía fiscal para la repatriación de capitales.Berlín esperaba recaudar en torno a 5.000 millones de euros, pero, según la Comisión Europea, sólo logró unos 900 millones.La regularización de capitales reportó al Gobierno belga en 2004 unos 200 millones de euros, muy lejos de los 850 (0,3% del PIB nacional) que se había marcado como meta. La cifra final, según los últimos datos del Ministerio de Economía, podría llegar a los 500 millones.Holanda, otro de los países cuyo déficit público superó en 2004 el límite del 3%, recurrió a la venta de terrenos públicos, el retraso de ciertas inversiones y a la subida de las primas por ciertos servicios sanitarios.En Italia, la cirugía fiscal fue mucho más invasiva para evitar el expediente disciplinario de la UE.El Gobierno de Silvio Berlusconi se comprometió en Bruselas en julio del año pasado a adoptar medidas de contención del gasto y recaudación por un valor total de 7.600 millones de euros. Aún así la última revisión sitúa el déficit italiano en el límite del 3%.Y Bruselas recuerda que sigue habiendo dudas sobre el tratamiento estadístico en términos de déficit de la venta o leasing de bienes inmobiliarios por parte de Roma.En juego, unos 3.300 millones de euros (muy lejos, en todo caso, de los 6.500 que se pretendían cosechar), cuya clasificación definitiva puede desencadenar un expediente disciplinario contra Italia.

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