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Tendencia laboral

Los ejecutivos reclaman más ocio

Los horarios asfixian a los directivos. En Nokia, Lucent, MRW o Seguriber valoran su tiempo libre

Tengo dos hijos pequeños y procuro dedicarles tiempo. Compagino mi agenda para llegar a casa cuando mis hijos salen del colegio y cuando ellos se van a dormir me pongo delante del ordenador y trabajo. Además, al ser una multinacional estadounidense el cambio horario juega a mi favor', afirma el consejero delegado de Lucent Technologies, Bernardo Villazán. Si algo tiene claro este directivo, de 45 años, es que sus hijos, Gabriel de 11 años, y Mafalda de 7 años, le necesitan tanto como él a ellos. 'Y no por atender mi vida personal descuido mi trabajo. Todo lo contrario. La oficina y el negocio van siempre en mi cabeza', señala Villazán.

Ocio y tiempo para sus asuntos privados es lo que reclama la mayoría de los directivos españoles. Se quejan de las apretadas jornadas de trabajo, de las comidas de negocios y de las interminables reuniones. La falta de tiempo libre es el peaje que han de pagar los ejecutivos por asumir responsabilidades profesionales. 'Ser ejecutivo exige dedicación absoluta', matiza el presidente de la consultora Hay Group Enrique de Mulder. 'No conozco ninguna empresa en España que permita a un directivo poner la mejora de su calidad de vida por delante del trabajo', afirma De Mulder, que matiza que cada vez hay más ayudas por parte de las empresas para que sus plantillas mejoren su estilo de vida, pero que ese movimiento todavía no ha llegado a la cúpula de las empresas. Sin embargo, sí que existe un cambio de actitud entre los directivos. Como el ejemplo del responsable en España de Lucent Technologies, encontramos hoy día unos cuantos más. La tendencia va al alza y no depende de una cuestión de genero.

El presidente de la empresa de transporte urgente MRW, Francisco Martín Frías, se toma la vida con calma. Por las tardes no trabaja y los viernes tampoco. Prefiere delegar y de esta manera dedicarse a cuidar su jardín y a restaurar su colección de coches antiguos. 'Eso me permite tener la mente clara. Cuando me dedico a mis aficiones, pienso también en el negocio', asegura Martín Frías.

'Para ser creativo en el trabajo y poder compensar la presión del cargo hay que tener calidad de vida personal'

Quien también tiene mucho respeto por su vida privada es Pau Hortal, presidente de Creade. Este directivo puede trabajar hasta 16 horas al día y después tomarse varios días libres para desconectar jugando al golf, asistiendo a la ópera o con una exposición de arte. 'No sólo vivimos del trabajo, sino de las aficiones', cuenta.

El profesor de Dirección estratégica del Instituto de Empresa Pascual Montañés anima encarecidamente a la desconexión total de los profesionales. Tan necesario cree que es el equilibrio personal y profesional que recomienda tener una segunda residencia, como suele ser habitual en Estados Unidos, para el ocio. 'Para poder ser creativo en el trabajo y poder compensar toda la presión del cargo ha y que tener mucha calidad de vida personal', afirma este docente.

En su opinión, un ejecutivo debe ser ambicioso tanto en el trabajo como en sus proyectos personales. También considera que la edad influye en la valoración del ocio. 'Cada vez observo más que los profesionales maduros necesitan de una mayor autonomía y libertad. Y reclaman precisamente más tiempo para sus familias y para sí mismos', señala Montañés. A muchos ejecutivos ya no les satisface la entrega total, sobre todo cuando observan y comprueban que la vida profesional de los responsables de las compañías es cada vez más efímera. Y son aquellos que saben equilibrar las dimensiones de su vida personal los que tienen una actitud serena, inteligente y de dominio sobre el trabajo.

Entre recoger setas, la Toscana y hacer los deberes

A los nórdicos el horario también les pesa. Y eso que son países con otro ritmo horario que los latinos. Hace tres semanas que la vicepresidenta ejecutiva y directora general de las redes y las infraestructuras de Nokia, la finlandesa Sari Baldauf, dejó su cargo, tras 20 años en la compañía, y una más que prometedora carrera, calificada como la mujer más influyente de los negocios europeos. Trabajaba entre 12 y 14 horas al día y viajaba constantemente. No le gustaba la vida que llevaba y no disponía de tiempo, entre otras cosas, para ir a recoger setas al campo. Si algo odia es ver la agenda repleta de citas, sin un segundo para ella y los suyos. Ya hace una década se tuvo que tomar un descanso: se dedicó a esquiar y a estudiar la historia de Europa y de Asia. Baldauf pretende seguir trabajando, pero también disfrutando de la vida. De momento, le espera un viaje por la Toscana.El reloj también lo mira y mucho Mónica de Oriol, presidenta de la empresa de seguridad Seguriber. Tiene 43 años y seis hijos y distribuye el tiempo de la siguiente manera: por la mañanas se dedica a la empresa, tiene reuniones y recibe al personal de la compañía. Por la tarde acompaña a sus hijos y trabaja desde casa. Mientras los niños estudian, ella desde su ordenador atiende el correo, prepara informes o elabora estrategias. 'He diseñado una forma de trabajar a mi medida'.

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