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Ana Larrañaga

'Hay que comprar antigüedades por puro amor a las piezas'

A Almoneda se puede venir buscando algo concreto o a rastrear entre los más de 30.000 objetos al alcance de los visitantes. Para su directora, Ana Larrañaga, 'es una feria en la que las sentidos se ven altamente gratificados'.

Pregunta ¿Cuál es el atractivo de Almoneda frente a otras ferias de antigüedades?

Respuesta Ninguna otra feria de almonedistas reúne en España a más de 230 expositores. Por cantidad, calidad de piezas, número de objetos que se venden y visitantes, encabezamos el calendario. Si tenemos en cuenta las ediciones celebradas, debemos ser la primera feria en España con tantas ediciones y con esta capacidad de convocatoria, en oferta y en demanda

P Hay más de 30.000 piezas en venta. ¿Cómo controla la feria su calidad?

R Primero, a través de la puesta en escena. Es un montaje fresco que sin dejar de atender los servicios que el almonedista invita a acercarse al espacio donde están desplegados los objetos, lo que anima a comprar. En cuanto a garantías de las piezas, antes de la apertura al público hay una revisión de las obras expuestas que valida su venta durante la feria. Hay una serie de criterios de antigüedad, de autenticidad, es decir, que no sean reproducciones, que todas las piezas expuestas deben de cumplir. Esta revisión es una garantía más para el comprador que viene a Almoneda. Las transacciones, no obstante, siempre son responsabilidad del comprador y del vendedor. En ese momento, ni la organización ni el comité está presente. Nosotros invitamos al comprador a que solicite un certificado y el vendedor lo puede expedir o no. No hay obligatoriedad. En este caso, la elección de seguir adelante con la operación corresponde al comprador y al vendedor.

P Chapas, raquetas de nieve, bastones y un sinfín de piezas insólitas. ¿Qué tipo de cliente se acerca a Almoneda y compra?

R Una encuesta realizada en la feria revela que los visitantes son hombres y mujeres al 50%, con edades comprendidas entre 30 y 50 años. La mayoría, el 68% de los visitantes, viene a comprar por afición, porque se divierte y le gusta, que es como hay que comprar las antigüedades, por puro amor por las piezas. Un porcentaje inferior adquiere objetos para coleccionar, para hacer un regalo y por inversión, por este orden. Todos los motivos están muy relacionados, porque si compras por afición estás iniciando una colección y, a la vez, estás llevando a cabo una inversión, aunque no sea ese el objetivo.

P ¿Cuánto dinero gastan o están dispuestos a gastar los visitantes?

R Se venden en torno a 6.000 piezas, pero la horquilla de precios es tan amplia que es imposible hacer una media de ventas. Es una compra con un componente muy sentimental. La gente viene por placer, pero es fácil que acabe comprando algo y ese algo puede ser una pieza de 30 euros o un objeto singular, rarísimo, de mayor valor. Dar con piezas únicas. Eso también se produce en Almoneda. Aquí vienen profesionales, anticuarios, y entre ellos se compran muchas piezas.

P Lo antiguo tiene cada vez mayor valor en decoración. ¿Qué objetos son los que más se venden?

R Todas las piezas expuestas sirven para decorar. Objetos que antaño eran de uso diario ahora son valorados, coleccionados. Las chapas, por ejemplo, hay muchísimas en la feria. Nadie imaginaría que hay gente que las colecciona. Desde ahí hasta tallas o muebles. Los objetos de colección en conjunto, como cristales, bastones, marfiles, etc. son las piezas más solicitadas. En cuanto a objetos únicos, mueble y pintura, como grabados y serigrafías, serían los más solicitados. Y joyas, cuya demanda es creciente. La feria es una plataforma excelente para comprar joyas.

P ¿Y cuáles despiertan cada vez más interés?

R Todo el arte oriental en sus distintas modalidades: cerámica, mobiliario, textil, joyas, terracotas, tallas... ha tenido un interés creciente en los últimos siete u ocho años. Hace diez años eran contados los expositores que venían con este tipo de piezas. Los diseños de los años treinta, cuarenta y cincuenta, llamados arqueología industrial, desde una tostadora a un surtidor de gasolina, tienen una demanda más reciente, correspondiente a los últimos dos, tres años. La feria recoge de manera inmediata todas esas tendencias y corrientes aplicadas a la decoración. Las generaciones lo van requiriendo y se va reflejando en esta feria.

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