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CincoSentidos

Piezas de colección para todos los bolsillos

Objetos del pasado, a precios asequibles. Eso es Almoneda, el mayor certamen en España de objetos con un mínimo de 50 años de antigüedad. La feria de antigüedades y galerías de arte ofrece desde mañana hasta el 20 de marzo en el pabellón 4 de Ifema, una selección de muebles, pintura y escultura de artistas actuales y otros objetos del entorno cotidiano de nuestros abuelos, llenos de historia y encanto.

Almoneda es un paraíso para los aficionados al coleccionismo de casi todo. Tradicionalmente, la oferta de la feria la integran piezas de arqueología, muebles -clásicos, rústicos y modernistas-, pintura -antigua y contemporánea-, grabados, tallas, cristal, relojes, porcelana, alfombras, libros, objetos art decó y años 20 y 30, ropa de hogar, joyas, plata, mantones de Manila, arte religioso. 'Las piezas tienen que tener un mínimo de 50 años de antigüedad, que es lo que la diferencia de otras ferias, pero en Almoneda cabe todo', destaca la directora, Ana Larrañaga.

Objetos a los que se unen cada vez más piezas fabricadas en el siglo XX, e incluso firmadas por los grandes diseñadores de los años 30 a 60. Son muebles y objetos de decoración de autor, firmados por Jasen, Christian Dior, Arbus, Fornasetti e incluso el mismísimo Le Corbusier (stands de Bakelita y El Condestable).

En la feria se pueden adquirir postales de la primera mitad del siglo por tres euros

La feria acerca el mundo de lo antiguo al gran público, gracias a sus precios asequibles. Entre los más de 30.000 objetos que ofrecen 232 almonedas, anticuarios y galerías de arte de España y el extranjero, se pueden encontrar piezas desde tres euros. Es el caso de las postales de Madrid y otras ciudades españolas de la primera mitad del XX, que trae Pérez-Payá Antigüedades, los sacapuntas de los años 50 que ofrece Ricard, César y Marta por cuatro euros o los pendientes de cristal de Murano, años 60, a la venta en Soffita por cinco euros. La feria arrancó hace 15 años con 80 expositores en una superficie de 2.500 metros cuadrados, hoy las cifras se han triplicado, con una media de 33.000 visitantes en las últimas ediciones. La feria abre sus puertas al público en horario ininterrumpido de 12 a 21 horas. El precio de la entrada es de siete euros, e incluye una guía de compras.

Almoneda descubre y rescata del anonimato numerosos objetos insólitos. Es otro de los atractivos que la feria ofrece a los amantes de las antigüedades, la posibilidad de encontrar piezas exclusivas y singulares. Entre los buscadores de estos tesoros figuran los propios anticuarios y almonedistas. Ana Larrañaga recuerda que Almoneda es importante, además, por la búsqueda de piezas, las ventas y los intercambios entre los profesionales.

Entre los objetos singulares de esta edición, se encuentra un hacha de piedra pulimentada del Neolítico, de Arqueomanía; un instrumento vasco de arar del siglo XVIII, llamado lau-hortxa, de Pachi Garmendia; una caja de metal plateado y malaquita, firmada por Christian Dior, anos 50, de Bakelita, o una colección de tijeras de los siglos XVIII y XIX, de Pérez-Payá Antigüedades, entre otros.

Las joyas tienen un protagonismo creciente en Almoneda. Un ejemplo de la amplia oferta reunida son los pendientes y anillos de oro con turquesas, de finales siglo XIX, que A. Iruretagoyena ofrece a partir de 300 euros; los broches de oro, siglo XIX, de Carlos Gil de la Parra, o la sortija de 1,5 quilates, con un precio aproximado de 300 euros, en Bécquer. Piezas para lucir y coleccionar, como la gargantilla de dos brillantes, 1940, de Carlos Gil de la Parra; o el broche-araña con cuerpo en tremplant en oro, plata, diamantes y esmeraldas también de A. Iruretagoyena.

Almoneda completa su oferta con una selección de pintura y escultura -antigua y actual-. Don Daniel B muestra la pastora, un cuadro de la escuela flamenca del siglo XVIII, y López y Manzano presenta Un corral con aves, de la misma época. Más actuales son Costa de Mallorca, de Joaquín Terruella Matilla, en el stand de Art & Antiques Pironti; La cittá di carte, de Forasetti, años 60, de Bakelita, o Cabeza de corriente, de Víctor Mira, en Carlos Gil de la Parra.

La feria recoge también una selección de grabados de Eduardo Chillida de los años 60, entre 3.000 y 6.000 euros, y de la serie Las Meninas, de Manolo Valdés, ambas en Lorenart. En arte contemporáneo, Espel & Victoria de Lecea presenta la obra Moka express, en hierro pintado, de Víctor Arrizabalaga.

Objetos del pasado que inician una segunda vida como pieza de colección, arte o decoración.

Objetos únicos Insólitos e inolvidables

 

 

Máquina de calcular con manivela, marca Brunsviga. Años 20-30. En antigüedades de oficina. Precio, 225 euros.

 

 

 

 

 

Mosaico romano octogonal, con la figura de un pavo real. S. I-II d. C, presentado por la madrileña Arqueomanía. Precio aproximado, 24.000 euros.

 

 

 

 

 

Maniquí elástico en latón y tejido de alambre. æpermil;poca Napoleón III, siglo XIX. (Isabel Madinabeitia). Precio, 660 euros.

 

 

 

 

 

Escultura criselefantina, The little sad one, de Demetre Chiparus, en bronce, marfil, con pátina policromada y base de mármol. æpermil;poca 1920-1930. A la venta en la galería Criselefantinas.com. Precio, 21.000 euros.

 

 

 

 

 

Romana de pesar barriles de roble, en hierro fundido. Siglo XIX. Exhibida por El Castillito. Precio, 3.600 euros.

 

 

 

 

 

Relieve flamenco con escena profana de varios filósofos. Escuela de Malinas. Siglo XV. De Antigüedades Fernández. Precio, 30.000 euros.

 

 

 

 

 

Escalera de juez de tenis. Finales S. XIX. En La Trona. Precio, 1.800 euros.

 

 

 

 

 

Pendientes en forma de racimo de uvas, en oro y aljófares. España, siglo XIX (A. Iruretagoyena). Precio, 2.400 euros.

 

Armario ropero de caoba, con escritorio en su interior. Finales siglo XVIII. Presentado por Maiala. Precio, 4.200 euros.

 

 

 

 

 

Escultura en cristal de Gallé, representando a un escribano con señora. Siglo XIX. En Aldaba. Precio, 10.000 euros.

 

 

 

 

 

Reloj de antesala escocés, con caja de caoba y roble. Año 1740. De El maestro relojero. Precio, 14.000 euros.

 

 

 

 

 

Cartonnier Carlos X en palma de caoba con archivadores y cajones con superficie de trabajo e ingenioso sistema para albergar los tinteros. Francia, alrededor de 1820. En Iñigo Zulaica. 2.700 euros.

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