_
_
_
_
Revista de prensa

Balance de Argentina

La bancarrota de Argentina, la mayor de una nación en la historia, ha sido una catástrofe social. Elevó el desempleo a casi un 25% y millones de personas acabaron engrosando las cifras de pobres.

Pero la reciente reestructuración de la deuda del país debe ser saludable para el sistema financiero internacional.

Más de tres años después de su quiebra, Argentina ha convencido a la mayoría de sus acreedores para aceptar una reducción de casi dos tercios del valor de su deuda, un recorte aproximadamente el doble de agresivo que en pasadas suspensiones de pagos de naciones soberanas. Aunque eso significa que los inversores van a registrar dolorosas pérdidas, no es malo: envía la señal a los prestamistas privados de que deben considerar los riesgos de los mercados emergentes antes de invertir capital allí. Si los inversores hubieran tratado a Argentina con más cautela durante los noventa, el país probablemente podría haberse endeudado menos y su consiguiente colapso habría sido menos doloroso para la gente inocente.

Pero aunque la cuestión de la deuda argentina es una señal saludable, aún plantea un problema que es la forma en la que funciona el sistema financiero internacional.

Archivado En

_
_