El vino le gana mercado a la cerveza en el Reino Unido
La imagen del británico sonrosado con barriga cervecera echando un trago a su pinta en el pub enmoquetado puede pronto convertirse en algo anacrónico en el Reino Unido. La industria de la cerveza, con una facturación anual de 20.500 millones de euros, ha visto retroceder su negocio un 20% en los últimos 25 años en tanto que el consumo de vino creció un 21,5% entre 1999 y 2003, según datos del organizador de la feria Vinexpo. La crisis coincide con un creciente interés de los británicos por la cocina sofisticada a la que la cerveza no acompaña bien y que combina mejor con un buen vino, dicen los expertos.
El daño que está haciendo esta tendencia en el sector cervecero es cada vez más palpable. Interbrew, la mayor productora del mundo, acaba de cerrar su fábrica de Boddington, tras 200 años de actividad, por la 'débil demanda'. El consejero delegado del grupo en Reino Unido, Steve Cahillane, dice que la factoría fue construida en un momento en que nueve de cada diez pintas que se bebían eran de cerveza ale. 'Hoy el consumo es mucho menor y hemos tenido que ajustar nuestro negocio para seguir compitiendo', subrayó.
El creciente consumo de vino y el mayor interés culinario están asimismo cambiando la cara de los tradicionales pubs británicos, que están abandonando sus moquetas roñosas, paredes ahumadas, cerveza tibia y mala comida y optando por colores claros en las paredes, suelos de madera, menús internacionales y cartas de vinos.
El mercado de vino en el Reino Unido está dominado por Australia, con 270 millones de litros exportados. España es sexta, con 108 millones de litros
La verdadera revolución del vino en Reino Unido se inició en 1985 con la invasión de los caldos procedentes de Australia en un negocio hasta entonces dominado por Francia y Alemania. La maquinaria comercial australiana arrasó en el mercado y el etiquetado en inglés facilitó la venta. 'Los vinos no sólo sabían bien, sino que tenían marcas que podíamos pronunciar', señala el crítico de vino de Oz Clarke.
Hoy el mercado del vino en Reino Unido sigue liderado por Australia con 270 millones de litros exportados y un crecimiento del 23,8% en 2004. Le siguen Francia (238 millones de litros, 2,7%), EE UU (166 millones de litros, 14,7%), Italia (147 millones de litros, 16,8%), y Alemania (111 millones de litros, 27,3%).
Los vinos españoles ocupan el sexto lugar en el ranking de importaciones en el mercado británico en términos de volumen, con 108 millones de litros exportados y un aumento del 9,2% respecto a 2003, según datos de Nielsen. Y, pese a tener superior calidad a la de la mayoría de sus competidores, siguen siendo difíciles de encontrar en el mercado, lo cual no deja de ser paradójico, sobre todo teniendo en cuenta que España es el país con mayor extensión de viñedo de la Unión Europea y del mundo.
En 2003 los británicos bebieron vino por valor de 7.300 millones de euros y se calcula que esta cifra aumentará hasta 8.700 millones de euros en 2008, con lo que este país se convertirá en el segundo consumidor mundial de vino después de EE UU, señala un reciente informe.