Argentina culmina con éxito el canje de la deuda
Argentina ha logrado una aceptación muy alta a su oferta de canje de los bonos declarados impagados en diciembre de 2001. Trata así de recomponer su crédito en el mercado internacional, pese a que supone un endurecimiento de su compromiso financiero. Este año debe abonar 13.000 millones de dólares.
El presidente argentino, Néstor Kirchner, iba a anunciar al cierre de esta edición el resultado final de la mayor reestructuración de la deuda de la historia mundial, de 81.800 millones de dólares. Horas antes, fuentes del Gobierno de Buenos Aires pronosticaban una adhesión de entre el 75% y el 80%, nivel mínimo que exigía el Fondo Monetario Internacional para considerar el canje de deuda un éxito. Entre los bancos organizadores del canje, entre los que se incluye la filial argentina de BBVA, se atrevían a predecir más del 80%.
En plena crisis política, económica y social, Argentina había declarado en diciembre de 2001 la suspensión de pagos de una parte de sus obligaciones, la que estaba en manos de tenedores de bonos. Con el canje de deuda, reduce el pasivo impagado a la mitad, a 41.800 millones, pero en términos reales la quita supone el 68% porque se alargaron plazos y se disminuyeron intereses.
El país suramericano, pese al recorte de deuda, necesitará mantener el inédito ahorro fiscal de los últimos dos años (cuando la economía creció al 8%) en el largo plazo porque a los 41.800 millones de los nuevos bonos se agregan otros 90.000 millones que le debe a organismos multilaterales y a tenedores de títulos emitidos después de la suspensión de pagos, buena parte en manos de los bancos locales. Por lo tanto, la relación entre el pasivo y el PIB disminuyó del 105% al 80%, nivel aún preocupante. No obstante, el economista Mario Brodersohn destaca que el servicio de intereses bajará de más del 3% al 1,5% del PIB y de más del 30% de las exportaciones en 1998, antes de la crisis, al 8% este año, después de la devaluación que hace tres años mejoró la competitividad externa.
Argentina afronta este año necesidades de financiación de 13.000 millones de dólares (sólo 1.100 de nueva deuda) y en el período 2005-2009, de 65.000 millones, según el Estudio Broda. En el presupuesto de 2005 se prevé un superávit primario de 4500 millones, el 3% del PIB de un país con un nivel de pobreza del 45% y un paro del 12%.
Para cumplir con sus obligaciones, Kirchner negociará con el Fondo Monetario Internacional un retraso de pagos a los organismos multilaterales, refinanciará deuda emitida tras la moratoria y no descarta la colocación de nuevos títulos en el mercado local, entre bancos y fondos de pensiones.
La mayoría de los analistas descarta la posibilidad de endeudarse en los mercados externos por algunos años, dada la fuerte quita que ahora se propinó a los acreedores, casi la mitad de ellos minoristas. Pero economistas como Dante Sica o Miguel Ángel Broda recuerdan que 'la codicia del inversor podrá más que la prudencia'. De todos modos, casi todos recomiendan que el país evite endeudarse por un tiempo porque, como dijo Lavagna, 'Argentina es un ex alcohólico que no puede volver a beber'.
En el canje de deuda se cambiaron 152 títulos nominados en diversas monedas por sólo tres, que comenzarán a amortizarse en 18 años y terminarán de pagarse dentro de 40. Antes los pagos se acumulaban en esta década. Los intereses eran de dos dígitos: ahora sólo el 8% en dólares. Los nuevos títulos se entregarán el 1 de abril.
Quien no acepte la quita no cobrará
El Gobierno de Kirchner advierte de que no cobrará nunca nada la minoría que rechazó el canje, que reside en Italia, Japón y algunos en Estados Unidos, Alemania y Argentina. Ellos afrontan dos opciones. Los que buscan recuperar el 100% de lo adeudado y consiste en iniciar un largo y costoso juicio en los tribunales internacionales. En 40 meses de suspensión, el 5% ha recurrido a la justicia; algunos consiguieron fallos favorables, pero por ahora no prosperaron los pedidos de embargos contra activos argentinos, como sedes diplomáticas, que están resguardadas por la inmunidad.La segunda opción será válida para los arrepentidos: deben esperar que el Congreso argentino autorice una reapertura del canje con la misma oferta. El FMI quizás pida que Argentina resuelva el problema del 20% de deuda (16.000 millones de dólares) que continuará impagada.