Los 108 bonsáis de Felipe González, en el Botánico
Nueve años después, los 108 bonsáis que Felipe González reunió y cuidó personalmente en La Moncloa ya se pueden visitar en el Jardín Botánico de Madrid, como era su deseo. El ex presidente del Gobierno y la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo, inauguraron ayer un nuevo espacio de 7.000 metros cuadrados que en su parte abierta, la Terraza de los Laureles, expone los bonsáis que González donó en 1996 al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para su exhibición permanente en el Real Jardín Botánico de Madrid.
Pynus silvestris, pynus uncicata, juníperus sabina o quercus ilex son los nombres de algunos de estos pequeños árboles. Esta colección pasa a engrosar los fondos del Real Jardín Botánico, que este año conmemora su 250 aniversario y que ya exhibe, en sus ocho hectáreas de extensión, más de cinco mil especies vegetales de todo el mundo. Los ejemplares expuestos constituyen, según Luis Vallejo, conservador de la muestra, la colección de especies autóctonas ibéricas más importante de Europa, 'de incalculable valor'.
González explicó que el origen de su afición a cuidar estos pequeños seres vivos fue el ejemplar que recibió en su primer viaje a Japón en el año 1985 y el 'entusiasmo contagioso' de Luis Vallejo. Ocuparse de los bonsáis, dijo, le sirvió para 'liberar adrenalina y compensar así la actividad política'.
En esta colección hay pocas piezas compradas. 'Mi memoria locativa me permite no olvidar las circunstancias en las que encontré cada pieza', comentó el ex presidente. Muchas fueron regalos de autoridades, como el que recibió del rey marroquí Hassán II o del presidente francés François Mitterrand.