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Pacto de estabilidad

La Comisión resiste a la presión alemana

La mayoría de los ministros de Economía de la Unión Europea resistieron ayer en una reunión celebrada en Bruselas las presiones de Berlín y París para profundizar la flexibilización del Pacto de Estabilidad. El presidente del Consejo de ministros, Jean-Claude Juncker, aprovechó su dominio del alemán para advertir en su propia lengua a Hans Eichel que la reforma 'no recogerá el conjunto de sus propuestas'. El ministro alemán de Finanzas pretende suprimir el desencadenamiento automático de un procedimiento disciplinario cuando el déficit público de un país supera el límite del 3% de su PIB.

La Comisión Europea y la presidencia del Consejo rechazaron tajantemente esa idea, por entender que el análisis previo al expediente haría depender su apertura del regateo político. El documento publicado esta semana por el Fondo Monetario Internacional sobre la reforma del Pacto avala ese rechazo de la discrecionalidad política en la vigilancia presupuestaria.

Berlín y Francia abogan, en cambio, por tomar en cuenta factores tan diversos en la evaluación del déficit de cada país como el coste de la reunificación (en el caso alemán) o el gasto en defensa (demanda francesa).

La propuesta de Eichel contrasta con la creciente pérdida de ambición de una reforma lanzada tras los infructuosos expedientes contra Francia y Alemania. La unanimidad necesaria para aprobar cualquier cambio está obligando a limitar el alcance de las enmiendas.

Juncker prevé ahora que, probablemente, 'sólo harán falta retoques mínimos a los Reglamentos del Pacto y el grueso de la reforma se recogerá en una Resolución del Consejo Europeo'.

Los puntos de acuerdo lanzados, que Juncker se cuidó de precisar en público 'para evitar que se surjan desavenencias en unos minutos, apenas suponen retoques a los plazos del procedimiento disciplinario. En general, se dilata el período de tramitación de las recomendaciones que enviará el Consejo al país infractor.

El cambio de más calado por ahora atañe a la supresión de la actual definición de la recesión económica que justifica un derrape fiscal. En lugar del 2% de caída del PIB previsto en el actual Pacto se admitiría como atenuante 'un crecimiento negativo'.

Relevo italiano en el BCE sin oposición

Italia, como ya ocurriera el año pasado con España, seguirá contando con un miembro en el Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo cuando Tomas Padua-Schioppa abandone el cargo en las próximas semanas. Su compatriota Lorenzo Bini Smaghi, del ministerio de Finanzas italiano, tomará el relevo, según acordaron ayer los ministros de Economía de la UE en Bruselas. Se repite un precedente buscado por Alemania ante la salida el año que viene del economista jefe del BCE Otmar Issing. Previsiblemente otro alemán ocupará su puesto. Los países que aún no han tenido nunca un representante en el comité como Bélgica o Portugal ni siquiera han presentado esta vez una alternativa.

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