_
_
_
_
_
CincoSentidos

'El realismo mágico me parece detestable'

Cuando en su obra emerge el erotismo no lo hace con los límites que obliga el naturalismo; por el contrario, las vidas de sus personajes, tan vitales, están marcadas por el mundo onírico y en sus novelas la línea entre realidad y anhelo es sutil y discontinua. 'Asumo la dimensión del sueño como parte integrante de la vida despierta, de la vida de la vigilia', señala el escritor mexicano Alberto Ruy Sánchez.

Y su libro En los labios del agua (editorial Alfaguara) está claramente dentro de esas fronteras. Es el segundo de una trilogía formada por Los nombres del aire y Los jardines secretos de Mogador, con los que tienen elementos y personajes en común, pero ante todo comparten la magia del entorno y un cierta compleja estructura narrativa.

Pero el autor no deja, en ningún momento, que falsamente se le encasille dentro del llamado realismo mágico, al que tan proclive ha sido la literatura latinoamericana. 'Es diferente', señala al referirse al estilo que ha querido imprimir a su obra. 'Y es que el realismo mágico era bonito en manos de García Márquez, pero ahora, cuando se repite y se repite, me parece detestable', manifiesta. Afirma que no entiende la seducción que pueda emanar de 'ángeles que se aparecen en medio de la calle', como ocurre en algunos de los libros de esa escuela.

Sí reconoce que tiene muchos otros maestros. 'Es inevitable', subraya y cita al escritor simbolista francés Gerard de Neval, con el que participa en la fascinación por sueños y fantasía. También reivindica al literato irlandés Samuel Beckett y la faceta creadora de Pier Paolo Passolini. Pero sus raíces parecen estar más arraigadas en la literatura oriental, en Marruecos, donde se centra el desarrollo de sus novelas. Juan Amado, el protagonista de En los labios del agua, es un mexicano de origen árabe que intenta descifrar los secretos heredados de sus antepasados.

Con esa base y otros elementos que incluye en la obra, como los poéticos y enigmáticos escritos del calígrafo de otro tiempo Aziz Al Gazali, la novela de Alberto Ruy Sánchez adquiere capacidad para volar. Y él da además mucha importancia a la fuerza del entorno, de hecho la idea primera novela de sus trilogía surgió al visitar la ciudad marroquí de Essaouira, antes conocida como Mogador. Se convirtió en el lugar idóneo para constituir su mundo de ficción.

Pero además hay otras facetas básicas en su creación. Está su visión, mezcla de erotismo y romanticismo, de la búsqueda de la relación humana plena. 'Siempre hay que seguir buscando, ganándose el paraíso. La vida es búsqueda', subraya Alberto Ruy. Y en este contexto vuelve a surgir el tema de los sueños que presiden las relaciones de sus personajes. 'No concibo la vida sin ellos, porque la parte delirante de la vida está ahí', afirma.

Alberto Ruy no ha encontrado dificultad alguna al trasladar a sus obras, escritas en español, la sutileza que para la poesía tiene la lengua árabe en la que escribían algunas de las personas que le han inspirado. 'Yo creo que hay muchos géneros en esa literatura y uno de ellos es el que llaman adab, que consiste en explorar dimensiones de la realidad: al mismo tiempo que se cuentan historias, se enmarcan éstas dentro de relaciones poéticas', señala. Y manifiesta que esas mezcla de géneros 'es lo que yo hago en realidad'. Además no cree que las lenguas sean por naturaleza duras o poéticas: 'Pueden ser una piel que se tensa y el español puede convertirse en una lengua muy dulce'.

Ruy Sánchez (México, 1951) vivió en Francia durante ocho años y estudió con Roland Barthes. Desde 1988 dirige la revista Artes de México. Su obra ha sido traducida a varios idiomas.

'Me falta el cuarto elemento: el fuego'

Tierra, agua y aire han sido hasta ahora los elementos que han presidido sus tres novelas. 'Ahora', contesta cuando se le pregunta sobre sus actuales planes como escritor, 'me queda el cuarto elemento: el fuego'. Pero tampoco descarta indagar sobre un quinto elemento presente en algunas culturas.El fuego parece además un ingrediente básico de la cultura y la vida árabe, que, a juicio de Alberto Ruy Sánchez, tiene muchos aspectos en común con la mexicana. Descarta así que la fusión que aparece en su obra sea artificial. 'Hay más parecidos entre México y Marruecos que entre México y Chile', señala. Ese a veces desconocido nexo proviene de la cultura arábigo-andaluza, que al país azteca llegó con los españoles, según este novelista.Además estima que la herencia española en México es mucho más profunda que en otros países latinoamericanos. Y ha sentido esa corriente común en manifestaciones como el arte mudéjar o la cerámica popular. Pero además están los azulejos, cuyas composiciones geométricas fueron la base de la estructura de sus novelas.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_